El presidente de la Asociación Mexicana de Bares, Discotecas y Centros Nocturnos, Helking Aguilar Cárdenas, aseveró que las identidades de los dueños y representantes legales de los bares Black y El Perro Salado, cuyas identidades difundieron las autoridades la noche del viernes, no son nombres que conozcamos ni es gente que tenga alguna trayectoria o conocidos en el medio, que era como lo esperábamos.

El representante de ese tipo de establecimientos dijo tener conocimiento de que el bar Black llevaba por lo menos cinco años funcionando con distintos nombres y razones sociales en el corredor Madero 20, era a todas luces un establecimiento que abrió de manera irregular, haciendo eventos clandestinos desde hace mucho tiempo.

En la Ciudad de México, dicha agrupación cuenta con mil 800 establecimientos formales que generan 90 mil empleos directos, 35 mil indirectos y dejan una derrama económica mensual de 4 mil millones de pesos.

Aguilar se expresó a favor de que se cumplan el Código Penal y los diversos ordenamientos para que se aplique la ley a los responsables de vender bebidas alcohólicas a menores de edad y generar sobrecupo en los negocios como el Black y El Perro Salado, este último se encuentra en la colonia Tránsito. Agregó que la cadena de responsabilidades va desde el dueño del inmueble, el representante legal, el encargado y el mesero.

Aplaudimos a la autoridad y que sigan cerrando este tipo de lugares, que lo único que hacen es demeritar la actividad nocturna de empresarios que invierten en cuestiones de seguridad y cumplen con mucha reglamentación, entre los que se encuentra un trámite con 37 requisitos.

La Secretaría de Gobierno informó que los propietarios del Terraza Madero Black son Alberto Sacal Farca, Alice Sacal Farca y Jaques Sacal Farca, mientras Jesús Guillermo Rentería Hoyo se ostenta como representante legal.

En el caso de El Perro Salado, el dueño del inmueble es Carlos Pérez Díaz, quien se ha ostentado con ese carácter en diversos trámites y procedimientos. De la misma manera lo ha hecho Uriel Alejandro Caballero Romero, quien se dice arrendatario y titular del edificio.