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Diana del Ángel explora en Periferia los límites de la imaginación y la narrativa

De acuerdo con la autora del libro de relatos, quienes habitan los lindes de la capital sobreviven por la imaginación, y era algo que quería contar

 
Periódico La Jornada
Martes 28 de mayo de 2024, p. 3

En el libro de cuentos Periferia (Almadía), la escritora Diana del Ángel explora los alrededores de la imaginación y registros textuales poco usuales en la narrativa o la ficción, así como la idea de la ternura en zonas limítrofes.

La escritora explicó a La Jornada que en su texto considera esencial la ternura como contraste a la forma en que a veces se ficcionaliza en la literatura y el cine.

Del Ángel (CDMX, 1982) mencionó que muchos de sus relatos se vinculan con vivencias propias, pues creció en el estado de México, donde se desarrollan muchos temas que le interesan. Los que venimos de la periferia sobrevivimos en mucho por la imaginación, y era algo que quería contar.

Se refirió a relatos como Relatividad de los caminos, que remite a una sensación común cuando se viene de Naucalpan, Ecatepec, Culhuacán o Tláhuac, y Empleo cuerpo repuesto anuncio, originado en que hay personas que viajan de la Ciudad al estado de México y llevan un celular de repuesto por si son asaltadas: era llevar esas situaciones cotidianas a una algo más imaginativo que no suaviza el contexto, sino que permite pensar la jerarquización geográfica, económica y política.

Jugando con las estructuras

La autora se refirió a otro elemento que le atrae: algunos de los cuentos están narrados en soportes que no son propiamente estructura de cuentos, como el de anuncios, o de el artículo periodístico o académico; era mostrar registros textuales no siempre asociados con lo narrativo o la ficción. Jugar con la idea de que hay géneros literarios establecidos, porque en los recientes 20 años se ha trabajado muchísimo la hibridez.

La escritora mencionó que la brevedad es casi natural en su obra. “También escribo poesía, y suele ser también muy breve. Me gusta mucho la brevedad, porque siento que tiene un carácter de revelación, lo cual me gusta en la literatura.

“De los cuentos me gusta su ritmo y la brevedad me permite mantenerlo. Otra razón es que comencé a escribir este libro mientras hacía las últimas correcciones de mi tesis de doctorado: escribía los cuentos un poco para distraerme de este proceso que puede ser un poco tedioso.

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▲ La escritora Diana del Ángel es originaria de la Ciudad de México.Foto cortesía de la editorial Almadía

Los cuentos son estructuras que me permiten comunicar una idea o una imagen. Me gusta mucho trabajar en pocas palabras. En ellos hay una posibilidad de meterte a un mundo durante un tiempo muy breve. Los maestros del cuento moderno dicen que se tiene que leer de una sentada. Tiene que tener un impacto diferente al de la novela, por eso está un poco más cerca de la poesía.

Cada relato, un aprendizaje

Diana del Ángel refirió que escribió algunos de sus relatos de manera continua, pero otros, como Productos para limpieza Lulú los inició y luego los abandonó meses. “Depende mucho de cómo se me ocurran, porque algunos llegan más por imágenes, como el de ‘Columba toma su primer bocado’: la visión de una paloma sentada en la silla en una oficina donde trabajé”.

Agregó que cada cuento significó un aprendizaje, porque se permitió experimentar con ellos. “Había intentado escribirlo hace muchos años y no había funcionado muy bien. También fue un regreso al cuento y, de alguna manera, cada historia me aportó muchísimo en mi proceso de escritura.

Los que son más tradicionales y realistas son muy cercanos a la crónica, que es algo que día a día había escrito, y son más veloces en la narración. Es un estado de la escritura en el que me siento cómoda y me gusta contar ciertas cosas, pero para otras cuestiones es importante experimentar con otros género y soportes, agregó la narradora.

Reseñó que en el cuento Columba toma su primer bocado se inclinó por mantener la ambigüedad en cuanto a si todo ocurría en la mente de la protagonista o si estaba ocurriendo en la realidad. Ese universo permitía justamente esas metamorfosis.