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Lula visitará mañana la región

Nuevas crecidas de ríos agravan la catástrofe en el sur de Brasil

No sólo el estado de Río Grande do Sul está devastado, sino también su población: parecen días de guerra // Suspenden deuda de la entidad

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▲ Viviendas bajo el agua en un vecindario de Guaíba, en Río Grande do Sul. De acuerdo con cifras oficiales, las inundaciones en el sur de Brasil han dejado hasta ahora 147 muertos, 127 desaparecidos, 806 heridos y unos 600 mil damnificados. El caudal de los ríos Camaqua y Guaíba seguirá creciendo, prevén los especialistas.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 14 de mayo de 2024, p. 23

Porto Alegre., Nuevas crecidas de ríos y lagos prolongaron ayer el drama de la población del sur de Brasil, zona que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva visitará de nuevo mañana, tras reconocer que las autoridades no estaban preparadas para una catástrofe.

La cifra de víctimas del desastre climático que golpea al pujante estado de Río Grande do Sul llegó ayer a 147 muertos, 127 desaparecidos y 806 heridos, así como 600 mil damnificados, reportó la Defensa Civil.

Se considera muy alta la posibilidad de nuevos incidentes climáticos, indicó el organismo, y añadió que las cuencas en situación crítica son las del río Camaqua y del río Guaíba, que bañan la capital del estado, Porto Alegre.

El caudal del río Guaíba alcanzó cinco metros la tarde de ayer, el más alto desde el inicio del temporal de lluvias más intenso en décadas, hace casi tres semanas, y prevén que seguirá subiendo.

Eduardo Leite, gobernador de Río Grande do Sul, urgió a los evacuados a no regresar a sus viviendas.

El estado está destruido. No sólo el espacio físico, las ciudades, las calles, sino también nosotros como población. Estamos mentalmente devastados, parecen días de guerra, lamenta Juliane Jacob da Cunha, enfermera de Canoas, en el área metropolitana de Porto Alegre.

Estoy en casa de amigos. Mi departamento está bajo el agua, cuenta Da Cunha desde la vecina ciudad de Gravataí, que por estar algo más alejada del río Jacuí no ha sido tan afectada. La casa de Da Cunha, primer piso en una torre residencial, quedó bajo el agua el viernes 3 de mayo y así sigue. No sabe cuándo podrá volver.

Tras la inundación llegó la lucha por el día a día. Conseguir comida y agua no es tarea fácil. Con la mayoría de carreteras destruidas, los camiones no conseguían abastecer tiendas y supermercados.

Poco a poco el tema del abasto se ha restablecido, llegaron donaciones y la logística mejoró, pero la situación está muy lejos de la normalidad porque muchos barrios todavía están inundados, apuntó Da Cunha.

En este contexto, el gobierno federal anunció la suspensión de la deuda del estado de Río Grande do Sul por tres años, para que pueda centrarse en las tareas de reconstrucción, medida que aún debe ser aprobada por el Congreso.

El gobernador Leite dijo que si bien es un paso muy importante, la entidad pide la cancelación de la deuda, no sólo que se aplace.