Una parte del mariachi tradicional se ha desviado por la comercialización y el abandono de piezas o músicas con las que empezó. Se ha ido degenerando hacia interpretar canciones que no le son propias, sostuvo Aarón Jiménez Hernández, director invitado del Mariachi Universitario de México, el primero en la máxima casa de estudios. La agrupación dará un concierto hoy en la Facultad de Música.

El profesor y académico dijo a La Jornada que en ese género coexiste una interpretación que cuida la calidad y el sonido junto a la ejecución marcada por la estridencia y la deformación. Se trata de un asunto polémico, pues hay cierta confusión de que todos los mariachis actuales son iguales. Yo defiendo mucho la calidad y los estilos.

Jiménez Hernández (Villahermosa, 1967) en su juventud fue un músico de mariachi con su padre, Ángel Jiménez, líder del conocido Mariachi Villahermosa. Realizó estudios en el Conservatorio Nacional de Música y ahora es profesor de violín en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Aarón Jiménez sostuvo que el mariachi, incluido en 2011 en la lista de patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la Unesco, es bello y yo sigo los estilos tradicionales, lo poco que ha quedado porque hay ciertas grabaciones, pero en general se va aprendiendo de boca en boca, más que en una escuela. Muchas veces hay ejecuciones no muy precisas, para no usar palabras que denigren a los músicos que le echan ganas.

Refirió que la agrupación universitaria que dirige fue una iniciativa de algunos alumnos por hacer un mariachi actual. “Están interesados en aprender los estilos y la técnica. Los instrumentos son más difíciles porque hay que tener más entrenamiento para dominarlos. Requiere tiempo para llegar a lo más cercano a lo tradicional, todavía más si hay formas anteriores y hay que cambiarlas para mejorar los sonidos y el estilo de la música.

“Mi primera preocupación con este grupo fueron las rancheras de José Alfredo Jiménez, el parteaguas que puso el estilo hasta la actualidad. Tienen una interpretación muy especial. Ese fue un estilo que escogí, junto al son jalisciense en piezas como El relámpago y el Son de la Negra.

Trabajamos en los violines, por ejemplo, sus arcos, y en definir qué notas son correctas, pues es preciso rescatar ciertas originalidades.

Además, se dedicó al cuidado de los matices, las afinaciones y los ritmos en arreglos actuales, para unificar y lograr mayor precisión. También hablamos con los cantantes, que muchas veces tienen mucha escuela de canto, pero me preocupa la interpretación porque se da natural en la música mexicana, como en la de José Alfredo Jiménez.

Con la agrupación de unos 20 jóvenes, continuó Jiménez Hernández, estuvimos hablando del balance que acostumbra el mariachi actual, que es una guitarra, una vihuela con esos violines, y llegamos a un acuerdo para poder lograr ese equilibrio.

Destacó que se le hace maravilloso que sus alumnos tengan ese interés, porque en Estados Unidos y Cuba ya se imparte educación profesional en mariachi; considera que es increíble que en nuestro país no.

Hay evolución en todos lados. Es bonito guardar las tradiciones. Se pueden conservar temas y mostrarlos con orquestación actual. Lo que molesta a muchos es que ya se metió la comercialización en las bandas de metales y en el mariachi. Lo digo como músico, no como mariachi, concluyó.

El Mariachi Universitario de México dará su recital gratuito hoy a las 18 horas en la sala Xochipilli de la Facultad de Música de la UNAM (calle Xicoténcatl 126, colonia Del Carmen, alcaldía Coyoacán).