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Restauran La Victoria, antigua maderería que se transformará en la Casa del Libro Monterrey
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de marzo de 2024, p. 5

Monterrey, NL., El emblemático edificio que albergó a la maderería La Victoria, construido en 1945 dentro de la tendencia arquitectónica del art decó tardío, empezó a ser restaurado y será convertido en La Casa del Libro Monterrey, tras 60 años en el abandono.

En el inmueble, que será operado por la Secretaría de Desarrollo Humano de Monterrey, se encuentra trabajando personal de la Secretaría de Infraestructura Sostenible.

Durante un evento de supervisión de las obras, el alcalde regio, Luis Donaldo Colosio Riojas, informó que la restauración y adecuación del edificio empezó la semana pasada.

Como parte de los trabajos, la Secretaría de Infraestructura Sostenible construirá un espacio para la niñez, uno para el Fondo de Cultura Económica, una cafetería y otros espacios de educación literaria y cultural.

Colosio Riojas indicó que en la restauración de la maderería Casa del Libro trabajan arquitectos especializados para respetar el diseño original del edificio.

Nos permitirá salvar un ícono cultural y arquitectónico de nuestra historia, así como presentar un nuevo estandarte cultural a la historia contemporánea de Monterrey, expresó.

La restauración, que forma parte del programa Revive el Centro, deberá estar terminada en aproximadamente siete meses.

La maderería La Victoria se distinguió a mediados de los años 40 por su estilo art decó tardío y por utilizar materiales poco comunes.

Durante el tiempo que operó, también funcionó como tienda de artículos electrodomésticos y oficina de venta y promoción de un nuevo fraccionamiento llamado Las Cumbres.

En julio de 1965 los trabajadores de la maderería iniciaron una huelga, la cual se extendió hasta los años 70 y finalmente provocó la quiebra del negocio.

El edificio fue abandonado y hasta el momento no había sido reutilizado, pese a varios intentos fallidos por revivirlo.

En la actualidad, la propiedad, que se extiende en toda la manzana de la calzada Francisco I. Madero, entre Miguel Nieto y General Corona, no tiene presencia a nivel comercial y su fachada ha servido como lienzo de numerosas capas de grafiti. Es un edificio con 60 metros de fachada en el corazón de la capital de Nuevo León que en muchos sentidos ha sido invisible.