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Regresan a la Catedral Metropolitana las Tres virtudes teologales
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▲ Los trabajos realizados en torno al conjunto escultórico de Tolsá tuvieron una inversión de 4.7 millones de pesos.Foto cortesía INAH
 
Periódico La Jornada
Jueves 29 de febrero de 2024, p. 4

Una gran cortina, colocada en lo más alto de la Catedral Metropolitana, fue recorrida para revelar las estatuas representativas de las tres virtudes teologales: la Fe, la Caridad y la Esperanza, que regresan a su lugar tras ser restauradas, debido a que sufrieron daños severos por el sismo del 19 de septiembre de 2017, cuando se desplomaron en el atrio del templo, frente a la fachada principal. La Esperanza perdió la cabeza y las otras dos esculturas fueron retiradas por precaución y también para su conservación.

El conjunto escultórico de Manuel Tolsá fue elaborado en cantera chiluca, una piedra originaria del valle de México, dura y resistente, entre 1793 y 1812. Con ello se concluyó la construcción de la Catedral Metropolitana.

El acto, celebrado a las afueras del recinto, fue encabezado por Alejandra Frausto, secretaria de Cultura federal; Martí Batres, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, y Ricardo Valenzuela, rector de la Catedral Metropolitana.

También estuvo presente Esteban Reyes, cantero responsable de darle una nueva cabeza a la estatua de la Esperanza. Para dicha tarea tuvo acceso a los vestigios de la pieza original y con base en éstos realizó dibujos, bocetos y un modelo en plastilina que fue revisado y aprobado por las autoridades. No se trató de imitar la cabeza original, a pesar de que una sección era visible en los restos: un ojo, un poco de la nariz, la oreja, el cabello, nada más.

Para Reyes, igualar algo es un tema delicado. Por fortuna existían fotografías de la Esperanza; sin embargo, no nos podemos dar libertades, tenemos que respetar los restos que nos dicen cómo era el rostro, expresó ante la prensa que cubrió el acto.

Al preguntarle sobre posibles diferencias entre la cabeza original y la nueva, observó: Las fotografías que existen son de nivel de piso y tomadas desde diferentes perspectivas, lo que cambia la imagen. Influyen factores como la luz, la sombra, la altura, incluso la hora de la toma. Aparte de tallar la cabeza, para la que empleó piedra chiluca de Naucalpan de Juárez, Reyes se encargó de injertos en la cintura y el manto, por ejemplo.

Como parte de los trabajos conclusivos en las Tres virtudes teologales, el fin de semana pasado se recolocaron dos atributos, una cruz y un ancla de cobre con baños en oro, que acompañan a la Fe y a la Esperanza, respectivamente.

Para Arturo Balandrano, titular de Sitos y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura, el mayor reto fue resolver el problema de la cabeza, porque no podíamos subir la escultura sin una. Se hizo, pues, un proyecto de restauración para reponer la cabeza con base en los fragmentos recuperados del suelo del atrio. Esto nos sirvió para retomar el diseño que Tolsá realizó para la cabellera, la oreja, las cejas, los ojos y los pómulos de la escultura. El tallado que hizo el cantero es un trabajo de gran respeto al diseño original de Tolsá.

De acuerdo con Balandrano, “hacer un trabajo de restauración es un arte. Hay varias teorías. Primero, está la de hacerlo exactamente igual, con las mismas características, material y técnica. Otras personas dicen: ‘Esto no se puede hacer porque la cabeza original se perdió, ya no existe; si haces una réplica, vas a hacer un falso histórico. El público va a creer que es la original cuando no lo es’.

Tienes que hacer un proceso de restauración que reponga la pieza, que le dé integridad, que mantenga la autenticidad respecto de las piezas que pudimos recuperar, pero que aporte una nueva talla muy respetuosa del diseño original.

A pregunta expresa, Balandrano señaló la imposibilidad de hacer una réplica exacta porque no somos Tolsá.

Los trabajos realizados en torno al conjunto escultórico tuvieron una inversión de 4 millones 750 mil pesos, casi 3 millones fueron utilizados para la restauración de la Esperanza, mientras el presupuesto restante fue dividido entre las otras dos obras.