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Maromeros del país se reunieron en Oaxaca para continuar la tradición

Fiesta del siglo XVI combina actos sobre alambre y trapecio, payasos y música

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▲ Desde 2016, se organizan las Correspondencias Maromeras, para tener un circuito de intercambio entre ejecutantes de los estados donde se manifiesta esta espectacular danza, explicó Charlotte Pescayre, etnóloga y equilibrista de origen francés, quien además toca el saxfón con su compañía Tlansatlancirque.Foto cortesía de Pescayre
 
Periódico La Jornada
Martes 30 de enero de 2024, p. 3

La expresión ritual, festiva y religiosa de la danza de maromeros reunió el pasado fin de semana en Rosario Temextitlán, Oaxaca, a representantes de esta tradición indígena que combina a bailadores sobre alambre, actos de trapecio, payasos y música en el contexto de las fiestas patronales y del carnaval.

Charlotte Pescayre, etnóloga y equilibrista, comentó en entrevista que desde 2016 se organizan las Correspondencias Maromeras, para tener un circuito de intercambio entre ejecutantes de los estados donde se manifiesta la danza espectacular. En este caso, un grupo va a otra comunidad y cada dos años se hace el encuentro nacional, en el que participan representantes de todas las entidades.

Este espectáculo, cercano a las artes circenses, se remonta hasta el siglo XVI, y en la actualidad varía en su permanencia; básicamente, depende de la comunidad: las hay donde ya casi no tienen integrantes porque los jóvenes ya no aprendieron, hay otras donde está muy viva; incluso, existen localidades con más de un grupo.

El arte de los maromeros mixes, mixtecos, zapotecos y nahuas tiene otros obstáculos para su permanencia, como el costo de los materiales para la construcción de las estructuras utilizadas en las presentaciones, señala Pescayre en su investigación de posdoctorante en etnología por la Universidad de París Nanterre.

Acompañados por una banda tradicional de viento, los ejecutantes recorren las calles invitando a la función con sus vestimentas coloridas y el rostro pintado. Antes acudieron a la iglesia a encomendarse con el santo patrón, y piden protección antes de montar las estructuras donde ejecutarán los actos. Entre los números están las acrobacias sobre el piso, escenas cómicas y versos del payaso, vueltas alrededor de una barra fija, atravesar sobre una cuerda o alambre con ayuda de una vara para equilibrarse y el acto del trapecio.

Pasatono Orquesta, con sus instrumentos que enarbolan la tradición musical oaxaqueña, cantó a los grandiosos maromeros, que siempre actuaron con gran vocación y amor. En su video de El maromero captan entre las montañas y las nubes de la Mixteca las cuerdas y trapecios que reciben a los danzantes.

Homenaje a vivos y muertos

La agrupación rindió homenaje a los danzantes vivos y muertos que con su gracia y arte han llevado alegría y sonrisas a los pueblos de Oaxaca, entre ellos a don Alfonso Jiménez, maromero tradicional de San Miguel Amatitlán, quien con su cabello cano y la piel con surcos del tiempo es de los más antiguos conocedores del oficio, que aprendió desde niño. Él aparece en el video de Obertura maromera.

La maroma es practicada por artistas campesinos, indígenas y mestizos de las regiones rurales del sur de México y tiene muchas variantes. El espectáculo ritual incluye acróbatas, equilibristas, payasos, trapecistas y músicos; se lleva a cabo durante las fiestas patronales en la Mixteca, Sierra Mixe y Costa Chica oaxaqueñas, en Guerrero; Puebla y Veracruz, en la zona zapoteca que colinda con Oaxaca, como explica la investigadora en artículos académicos.

Pascayre, francesa de nacimiento, creció en México, estudió ciencias sociales y artes circenses en Europa, particularmente la danza en cable tenso. Conoció en 2008 a maromeros de la comunidad zapoteca de Santa Teresa, Veracruz, y cambió el rumbo de su perspectiva, no sólo investigando el tema, sino intercambiando experiencias en la práctica artística con algunos grupos del país. El interés por analizar el fonambulismo en México y Francia se materializó en 2010 con la fundación de la compañía Transatlancirque.

Durante sus estudios de maestría indagó las formas de circo actuales, de la Colonia y las raíces prehispánicas. Propuso cuatro formas de circo, una de ellas es el llamado circo indígena o campesino, representado por la maroma. Su documental La maroma a la antigua Ka ven goka maroma Kanate wa reconstruye el origen de la danza, la elaboración de las estructuras y los ritos de protección.

Durante la quinta edición de las Correspondencias Maromeras, el 27 y 28 de enero, se llevó a cabo una charla, talleres de intercambio, una exposición de fotografía y la participación de maromeros de Santa Teresa, Veracruz; danzantes de cuerda de Temextitlán, y la función de Madame Saxi, pieza de danza en cuerda tensa para una maromera y el saxofón de Charlotte Pescayre, con su compañía Transatlancirque.

Junto con las Correspondencias Maromeras, que hizo el enlace entre un centenar de ejecutantes de Oaxaca, Veracruz, Guerrero, quienes intercambian experiencias y conocimientos, surgió el Colectivo Plural e Independiente de Maromeros en México, Correspondencias Maromeras AC, cuyo objetivo es preservar las variantes de estas danzas en el país, porque hasta hace tiempo sólo se visibilizaba el caso de la Mixteca.