Estábamos mucho mejor cuando no teníamos información digital
Último reporte de la charla con el lingüista y politólogo del MIT, donde aplaude la reaparición del vocablo socialismo en EU, la influencia del movimiento de Bernie Sanders en las políticas del presidente Joe Biden, así como el acceso actual a grandes masas de datos
Miércoles 5 de julio de 2023, p. 18
Nueva York y Washington. La Jornada: ¿Qué implica que ha reaparecido la palabra socialismo en Estados Unidos?
Noam Chomsky: Es revelador lo de la palabra socialismo en Estados Unidos. Más allá de las dictaduras, no hay otro país como Estados Unidos donde no se podía usar la palabra socialismo. Estados Unidos es el país más libre del mundo, pero el más adoctrinado, y esas cosas están relacionadas. Cuando uno tiene libertad, tienes que asegurar que algunas personas no la usen y, por tanto, se requiere del adoctrinamiento… Y no sólo fue la palabra socialismo, sino hasta los años 60, tampoco podías usar la palabra capitalismo literalmente.
¿Y qué es este socialismo [del cual se está hablando]? Había un artículo en el Financial Times de uno de los directores que decía, sólo medio bromeando, que si Bernie Sanders estuviera en Alemania, podría ser del partido cristiano demócrata por sus posiciones… y no es falso eso. ¿Cuáles son sus demandas? Acceso universal a servicios de salud. ¿Quiénes no tienen eso [en el mundo de países avanzados]? Por educación superior gratuita, ¿alguien sabe de eso en México? Esas son sus propuestas radicales… Pero el hecho de poder usar la palabra socialismo, en su significado de una la democracia social moderada, es ya un paso adelante. Rompe algunas barreras.
LJ: ¿Qué se debería percibir desde América Latina y México sobre el potencial para el cambio progresista en Estados Unidos? ¿Hay cambios por lo menos retóricos en el programa de Joe Biden? ¿Ha influido el movimiento de Sanders?
Chomsky: Definitivamente. Por ejemplo, en el programa de Biden sobre cambio climático–, tema que si no resolvemos, todo lo demás queda anulado. Cuando Biden llegó al puesto, tenía un programa sobre clima moderado, mucho mejor que todo lo anterior, no perfecto pero mucho mejor que los anteriores. ¿De dónde lo sacó? Pues de grupos activistas como el Sunrise Movement, el cual ocupó varias oficinas de la legislatura, incluyendo la de la entonces presidenta de la cámara baja, Nancy Pelosi, y exigieron un avance. Ordinariamente serían expulsados por la policía del Capitolio, pero no en esta ocasión. La diputada Alexandra Ocasio-Cortez, quien llegó sobre la ola de Sanders, entre otros, se sumó a esa protesta… Poco después, ella junto con el senador veterano Ed Markey presentaron un proyecto de ley proponiendo lo que llamaron un New Deal verde. No prosperó, pero sí nutrió lo que finalmente es un programa sobre cambio climático de Biden bastante decente.
Los republicanos estaban 100 por ciento en contra de esa iniciativa, junto con un par de derechistas demócratas… quienes lograron diluirlo, pero no lograron anularlo y lo que quedó tiene algunas partes buenas.
LJ: Cambiando de tema, queríamos retomar algo que platicamos hace tiempo en otra entrevista: la supuesta promesa del acceso universal a la información en la edad digital. Al parecer, ese acceso no ha llevado a un nivel más inteligente ni informado de debate político en Estados Unidos ni otras partes del mundo. ¿Por qué?
Chomsky: Bueno, primero tenemos que recordar que desde la invención de la imprenta, ha existido mucha más información que cualquiera pueda manejar. Tal vez antes tenías que cruzar la calle a la biblioteca y ahora no necesitas hacer eso, puedes presionar un botón, pero no es un cambio cualitativo.
Si yo deseaba investigar algo sobre los medios, digamos, antes tenía que acudir a la biblioteca y ver microfilme del New York Times u otros. Ahora lo puedo hacer online, entonces es un poco más rápido. Pero uno siempre estaba inundado por montos masivos de información que uno no podía abordar.
Existía una sociedad en la Universidad de Oxford en la Facultad de Clásicos, la Sociedad por la Celebración del Incendio de la Biblioteca de Alejandría. La razón era que los estudiosos de los clásicos ya estaban tan abrumados por la información que si esa biblioteca antigua hubiese sobrevivido, no habría esperanza.
Entonces, sí, mucha información a la mano, pero siempre había y nadie podía hacer más que abordar una fracción de esa información. La digitalización ha logrado, desafortunadamente para la mayoría, llevar a la gente a sus propias burbujas donde no acceden a otra información disponible. A veces es hasta peor. Hubo una investigación reciente en Estados Unidos sobre los hábitos de lectura de lo que llaman la generación Z –quienes nacieron después de 1997– y ¿dónde acuden para informarse? Resulta que 4 por ciento ve periódicos, otro 4 por ciento ve los noticiarios de televisión, la mayoría ni ve Facebook, eso ya es anticuado. Están recibiendo sus imágenes del mundo de Instagram y TikTok. Estábamos mucho mejor cuando no teníamos información digital, mucho mejor, Pero es igual con casi todo tipo de tecnología; a la tecnología no le importa cómo la usas, depende de ti cómo usarla. Si la usas para ver cómo se divierten los jóvenes en TikTok, esa es tu vida. O si las usas para ver qué se ha publicado en La Jornada, que será diferente a lo que puedes encontrar en Estados Unidos, eso es otra cosa. Pero la pregunta es ¿cuánta gente está haciendo eso?
LJ: Finalmente, ¿hay algo que le provoca risa en estos días, algunos destellos de alegría, algo que le parece chistoso?
Chomsky: Hay varias cosas. Me encanta escuchar a estadistas estadunidenses sermonear al Tercer Mundo, al sur global, diciendo cómo se atreven a no sumarse a nosotros para preservar los principios fundamentales de justicia en Ucrania, o sobre cómo la integridad territorial es sagrada. Estoy seguro de que todos [en el sur global] están botados de la risa al escuchar esas cosas. Entonces, hay cosas que son chistosas.