Morena, con pendientes y candidatos débiles
a debilidad de las posibles candidaturas de Morena al Gobierno de la Ciudad de México hasta ahora conocidas, y la posible renuncia a contender de la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, dieron pie a que un trío de personajes políticos liberaran su mejor ambición y quieran inscribirse en la carrera por la capital.
Nos referimos, desde luego, a Lázaro Cárdenas, Hugo López-Gatell y Mario Delgado, por lo pronto.
La posibilidad hasta hoy manifiesta de Rosa Icela Rodríguez de sacrificar sus aspiraciones en nombre de la lealtad al presidente López Obrador, hizo que los tres personajes mencionados, que habían pospuesto sus aspiraciones en tanto miraban en la secretaria de Seguridad no sólo una difícil competencia, sino el reconocimiento y el respeto al trabajo de Rodríguez Velázquez, mirarán ahora la posibilidad de convertirse en candidatos a gobernar la Ciudad de México.
Pero aunque el factor RI es de la mayor importancia, no dejan de lado su preocupación por la suerte de la ciudad si cae en manos de la oposición. Situación que observan como posible cuando menos a estas fechas y con las propuestas que se manejan extraoficialmente por el partido en el gobierno.
Desde el Partido Acción Nacional se prepara a Jorge Romero como el candidato de la oposición. El PRI está vacío y no parece tener listo ningún nombre importante para la contienda; el PRD supone que puede lanzar al diputado Víctor Hugo Lobo, pero no es más que un supuesto, el partido no significa nada.
Para los azules, Romero significa continuar con la misma corriente que mantiene a Marko Cortés en la presidencia del organismo, pero, además, darle la protección que requiere para que nadie le pida cuentas sobre los dineros de la reconstrucción después del sismo, o su participación en el llamado cártel inmobiliario que todos tienen por conocida.
Y es ahí, en Acción Nacional, donde se ríen de las propuestas que hoy se conocen por parte de Morena, y ya cantan victoria porque advierten mucha debilidad en ese partido.
Así las cosas, en Morena de la Ciudad de México, que ha sido dominada por un solo grupo desde hace ya un buen tiempo, las cuentas no rinden un buen resultado, es decir, no les alcanza para ganar la ciudad si los nombres que se han manejado en las encuestas fueran ciertos.
De todas formas, aunque nadie apuesta ahora por Omar García Harfuch, el personaje sigue dominando en las encuestas y hay quienes dicen que es la salida de emergencia en caso de que los o las propuestas no liguen buenos resultados en los meses que vienen.
El asunto es que los peligros para la continuidad de la 4T en esta capital se podrían esquivar con una buena decisión. Una buena o un buen candidato que no obedezca al capricho sería la forma de evitar un problema mayor.
Hoy por hoy, en la Ciudad de México, Morena tiene deudas grandes y lo más probable es que aquí se vote en su contra. Las clases medias, que poco entienden de las luchas por la justicia, está decidida a ir en contra de una candidata, por ejemplo, que contradiga su forma de pensar, así que ojo, mucho ojo, que esto apenas empieza.
De pasadita
En el PRI las cosas se siguen complicando y no sólo porque sus mejores elementos se niegan a someterse a las reglas que impuso el PAN y por tanto se declaran fuera de la competencia, sino porque se esta quedando solo.
Se nos confió que Claudia Ruiz Massieu, priísta por los cuatro costados, abandonará su partido en esta misma semana, y no, no irá a ninguna otra organización. Tras de ella seguramente vendrán otras renuncias, y entonces el PRI y el PRD serán el cascarón donde habite el panismo actual. La descomposición en los partidos tradicionales huele a podrido, y huele fuerte.