Miércoles 26 de abril de 2023, p. 23
Las acciones del First Republic Bank se desplomaron ayer en 49 por ciento después de que el lunes informara que sus depositantes retiraron más de 100 mil millones de dólares durante la crisis bancaria del mes pasado, por temores de que se convirtiera en el tercer banco en quebrar tras el colapso de Silicon Valley Bank y Signature Bank.
Debido a la volatilidad, la cotización del First Republic fue suspendida reiteradamente el martes en la bolsa neoyorquina.
La debacle de ayer significa que el banco californiano ha perdido más de 90 por ciento de su capitalización bursátil desde inicios de marzo y además ha creado escepticismo entre los inversores, ya sea que la entidad se mantenga independiente o que sea adquirida.
Es probable que el banco tenga menores ganancias durante años, y si se compra, cualquier adquisición generaría una pérdida inmediata para cualquier comprador
, señaló la agencia Ap.
La cifra de depósitos del First Republic en el primer trimestre cayó hasta 104 mil 500 millones de dólares, muy por debajo del promedio de 137 mil millones de estimaciones de analistas recopiladas por Bloomberg.
Al considerar la inyección de 30 mil millones de dólares por parte de 11 de los bancos más grandes de Estados Unidos, los depósitos del First Republic cayeron en 72 mil millones de dólares durante el primer trimestre, es decir, 41 por ciento. Pero si no se cuenta el aporte, la reducción alcanzó 102 mil millones de dólares.
Desde el colapso del Silicon Valley y el Signature Bank a principios de marzo, los inversionistas y los depositantes han estado cada vez más preocupados de que el banco no sobreviva como entidad independiente por mucho más tiempo.
Clientes y analistas del banco se preocuparon porque la gran mayoría de los depósitos del First Republic, es decir, aquellos por encima de los 250 mil dólares, no estaban asegurados, por lo que correrían el riesgo de no recuperar todo su dinero.
Según personas con conocimiento del asunto citadas por Bloomberg, First Republic está explorando la venta de entre 50 mil millones y 100 mil millones de dólares en valores e hipotecas a largo plazo como parte de un plan de rescate.