Viernes 14 de abril de 2023, p. 16
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que a escala mundial más de mil 280 millones de personas de 30 a 79 años padecen hipertensión arterial, es decir, el aumento de la presión de la sangre en las arterias debido a factores como obesidad, sedentarismo, diabetes, consumo excesivo de sal y de tabaco e ingesta de alcohol, entre otros, incluido el genético.
En México, al menos 30 millones de adultos padecen esta enfermedad considerada una de las principales causas de muerte prematura, pues se estima que cada año causa 55 mil decesos a escala nacional.
La Secretaría de Salud (Ssa) señala que la hipertensión arterial se presenta cuando las arterias se hacen rígidas y no dejan pasar el flujo de la sangre normalmente, lo que provoca que el corazón se esfuerce más para bombear la sangre. La falta de control de este mal puede ocasionar infartos, ensanchamiento del corazón, insuficiencia cardiaca, embolia y arritmia.
La OMS alerta que pese a su alta incidencia, al menos 46 por ciento de quienes padecen esta enfermedad lo desconocen, pues no causa síntomas y únicamente puede detectarse al medirse la tensión arterial.
Por ello, se estima que sólo 42 por ciento de los pacientes son diagnosticados y reciben tratamiento, mientras sólo uno de cada cinco adultos hipertensos tiene control sobre este mal.
Cuando se presenta un cuadro de tensión arterial muy alta (de 180/120), el paciente puede presentar dolor intenso de cabeza y pecho, mareos, dificultad para respirar, náuseas, vómito y visión borrosa, entre otros, por lo que se debe acudir a atención médica inmediata en el servicio de urgencias de la unidad de salud más cercana.
Señala que casi la mitad de las personas con este problema de salud acude a consulta médica debido a la sintomatología aguda, y en muchos casos con daño en riñones, corazón y cerebro.
Lo anterior eleva el riesgo de insuficiencia e infarto cardiaco o cerebral, arritmias, falla renal, anomalía arterial periférica, hemorragia cerebral por rompimiento de aneurismas, retinopatía hipertensiva, problemas de agudeza visual e incluso de fallecimiento.
La OMS destaca que el cambio de hábitos es una herramienta importante para prevenir y controlar la hipertensión arterial, entre ellos una dieta saludable y baja en sal, perder peso, actividad física y dejar de fumar. Además, recomienda reducir la tensión arterial a menos de 130/80 si se tiene una enfermedad cardiovascular, diabetes, insuficiencia renal crónica o riesgo elevado de sufrir enfermedades cardiovasculares.