Martes 11 de abril de 2023, p. 5
Gibrán es adicto a la heroína desde hace 18 años y durante los últimos cuatro ha estado en rehabilitación. La terapia es con metadona, medicamento que sustituye la necesidad de consumir la droga. Le permitió reconstruir su vida, trabajar, se casó y tiene un hijo. Pero por el desabasto de sicofármacos que se registra en el país desde enero pasado, no ha tenido las pastillas. El riesgo de una recaída es muy alto.
No hay metadona para el tratamiento de adicciones y otras medicinas para el control de trastornos mentales como depresión, ansiedad, déficit de atención e hiperactividad, entre otros, en los sectores público y privado por la decisión de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) de suspender parcialmente las actividades del laboratorio Psicofarma, el principal proveedor de estos insumos a nivel nacional.
El pasado 22 de febrero la autoridad informó que detectó irregularidades en el proceso de producción y en el manejo de las sustancias que son de uso controlado. También resguardó lotes de productos, los cuales serían revisados para garantizar su calidad y seguridad. A la fecha no ha dado ningún reporte sobre el tema. Hace unos días, la empresa señaló que está trabajando para atender los requerimientos administrativos de la autoridad federal
.
Mientras tanto, los pacientes la pasan mal. Gibrán conoce a por lo menos 10 personas que en estos meses han vuelto a la heroína. Él, por su cuenta, ha buscado alternativas con un medicamento controlado que le evita los dolores que –por falta de metadona– le dan en todo el cuerpo y lo incapacitan para el trabajo. Un amigo que es doctor me ha apoyado con las recetas para comprar buprenorfina, pero ya no quiere porque también se pone en riesgo. Lo entiendo
.
Reconoció que algunos días en que no ha tenido nada para remplazar la metadona ha vuelto a inyectarse heroína. “No está bien porque es regresar a lugares que no son apropiados para quienes queremos dejar de consumir.
Creíamos que el desabasto sería pasajero, pero ya son varios meses y nada, ninguna solución
, lamentó el entrevistado, de 35 años de edad, quien aseguró estar en el límite. Sin la metadona ni el otro medicamento, ¿qué me queda?
Comentó que la terapia de rehabilitación empezó hace cuatro años con la ingesta de dos tabletas de 40 miligramos al día. Con el tiempo fue bajando la dosis y hasta antes de que la interrumpiera, su consumo era de media tableta diaria.
El objetivo es que en un plazo máximo de seis años, el paciente pueda dejar de consumir metadona y ya no tener la adicción a la heroína. Por eso no se puede suspender así nomás
. A Gibrán también le dan ataques de pánico, no puede dormir y vive con angustia por la falta de ingresos.
Todos los días se comunica a la clínica de rehabilitación para preguntar si ya cuentan con la metadona y se unió a la petición promovida por Elías, quien vive con depresión y ansiedad y tampoco consigue los medicamentos que le proporcionan calidad de vida.
La petición está en la plataforma change.org; señala que la carencia de los sicofármacos atenta contra el derecho a la salud. ¡Somos muchos los pacientes que necesitamos medicamentos para tener una vida plena y sana!
Agrega que los trastornos como depresión, bipolaridad, esquizofrenia y ansiedad, entre otros, son igual de complejas que las enfermedades crónicas físicas; no podemos sólo dejar de tomar nuestros tratamientos, necesitamos un abastecimiento inmediato
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La carta será entregada a la Secretaría de Salud en los próximos días.