Lunes 10 de abril de 2023, p. 16
Con la venta de 13 de sus plantas en México, Iberdrola tendrá menos presencia en uno de los mercados donde la carga tributaria más juega a favor de sus ganancias. Tan sólo el año pasado, por cada 100 euros de ingresos en el país, la firma pagó 17 centavos de impuestos; mientras en España, donde su operación es más extendida, la carga es 2 mil 44 por ciento más alta.
De acuerdo con el informe de resultados de la empresa al cuarto trimestre de 2022, entre los principales mercados donde opera Iberdrola, México es el segundo más redituable en términos de la carga fiscal sólo por debajo de Brasil, donde se están pagando seis centavos de gravamen por cada 100 euros de ingreso.
El 4 de abril, luego de años de litigio mediático y el bloqueo a la renovación de concesiones, el gobierno federal y la compañía anunciaron un acuerdo para que ésta venda 13 de las plantas que tiene en el país al Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) como principal inversionista, a través de un vehículo administrado por México Infrastructure Partners.
Iberdrola no deja México. Se queda con 15 plantas, nueve de ellas de energía renovable; se deshace de la mayoría de las de ciclos combinados, así como de una capacidad de 7 mil 400 megavatios (87 por ciento del total en venta) contratados con la Comisión Federal de Electricidad bajo la figura de productores independientes y que están sujetos a la renovación de la concesión gubernamental.
Además de contener las críticas del presidente Andrés Manuel López Obrador por haber empleado en su filial estadunidense, Avangrid, a Felipe Calderón Hinojosa –quien ocupó la presidencia entre 2006 y 2012–, la compañía se libera también de cuatro plantas con capacidad de mil 400 megavatios que están afectadas por litigios abiertos con organismos reguladores.
La compañía adelantó que el capital obtenido con la transacción se reinvertirá en Estados Unidos y Europa, para aumentar la exposición de sus activos a zonas con calificación crediticia A, donde los costos de financiamiento suelen ser más económicos. Sin embargo, en esos mercados la carga fiscal para la firma ha sido hasta 4 mil 274 por ciento más alta que en México.
Al margen de los costos operativos y otro rubros que impactan la utilidad de la compañía, el año pasado Iberdrola registró ingresos por 22 mil 980.2 millones de euros en España y el pago de impuestos por 855.34 millones de euros; es decir, que en promedio tuvo una tasa de 3.72 por ciento. En Inglaterra, estas cifras fueron de 9 mil 812.8 millones de euros, 263 millones y 2.68 por ciento, respectivamente.
Latinoamérica ha sido un paraíso fiscal para la empresa energética. El año pasado, Iberdrola tuvo ingresos por 7 mil 906.53 millones de pesos en México, pero la carga tributaria alcanzó 7 millones de pesos. Aún más barata le resultó en Brasil, donde las entradas alcanzaron 8 mil 613.36 millones de euros y apenas pagó 5.53 millones en contribuciones públicas.
Estas tasas de 0.17 y 0.06 por ciento que, respectivamente las haciendas de México y Brasil cobraron a Iberdrola, también se encuentran por debajo de 3.01 por ciento promedio que se le cobraron en el resto del mundo y aún más lejos están de la carga en Estados Unidos, el tercer mercado más importante para la compañía, pero el más costoso fiscalmente.
El año pasado Iberdrola reportó ingresos por 7 mil 906.53 millones de euros en Estados Unidos y pagó impuestos por 600 millones 420 mil, una tasa promedio de 7.59 por ciento. Es decir, hay una brecha de 11 mil 726.9 por ciento entre lo que la compañía pagó de tributos en ese país y lo que terminó entregando a Brasil.
Con la Ley de Reducción de la Inflación, impulsada por la administración de Joe Biden, las firmas de renovables, como Iberdrola, podrán expandirse a la sombra de un paquete multimillonario de estímulos. En ella se prevén 370 mil millones de dólares para el apoyo de energías renovables y mitigación al cambio climático a través de créditos fiscales, instalación de paneles solares, turbinas eólicas y plantas de almacenamiento con baterías a gran escala, entre otras medidas.
El sábado, a días de cerrar el acuerdo con el gobierno mexicano para venderle 12 plantas de ciclo combinado y apenas una renovable, Iberdrola comunicó a la Organización de Naciones Unidas su plan de transición climática en el que dice que logrará cero emisiones netas de carbono en plantas de producción, redes de transmisión y su propio consumo antes de 2040.