Semana Santa, marco de actividades religiosas y otras más bien paganas
Jueves 6 de abril de 2023, p. 6
Madrid. En España se celebran algunas de las tradiciones más curiosas en torno a los días de Semana Santa; más allá de los actos propiamente religiosos y cristianos, se celebran otros más paganos que van desde tirar platos por la ventana, vestirse de esqueleto o practicar rituales con más de 500 años de antigüedad.
Las ciudades españolas celebran durante la semana mayor tradiciones singulares, ya sea en el ámbito religioso o en el folclore, y los festejos populares atraen a turistas nacionales y extranjeros.
Una de las tradiciones que llama mucho la atención es la Danza de la Muerte, en el municipio de Verges en Gerona, que se remonta a la Alta Edad Media, y se celebra el Jueves Santo, en conmemoración de la Pasión de Cristo.
A lo largo de la procesión se van realizando escenificaciones como las tres Marías y las mujeres de Jerusalén, la Crucifixión y la Danza de la muerte.
En esta última, cinco bailarines salen a la calle vestidos de esqueleto para bailar la dansa de la mort
, acompañados del sonido de un tambor. El capdanser
es el encargado de abrir el baile con su guadaña, el banderero
lleva una bandera negra y lo acompañan otros dos esqueletos que portan platos de ceniza y, por último, hay un esqueleto que lleva el reloj que simboliza la llegada de la muerte. Cada detalle del rito representa un capítulo de lo que está instituido dentro del calendario social de la colectividad, pues se trata de un fragmento de la representación de la Pasión de Jesucristo.
La empresa de reservas de alojamientos turísticos eBooking.com realizó una selección de los cinco lugares que más destacan por sus tradiciones en Semana Santa, ya sea por su peculiaridad, su historia o su cultura religiosa.
Trencà de perols y El Santo Entierro
La Semana Santa Marinera es una tradición muy arraigada en los barrios del Grau, Canyamelar y Cabanyal, en la que, durante la Vigilia Pascual y coincidiendo con el comienzo de la procesión de Gloria, se produce la Trencà de perols.
En punto de las 12 de la noche, los vecinos lanzan tazas, platos, piezas viejas de vajilla y agua desde los balcones, mientras suenan las campanas de todas las iglesias. Así celebran la resurrección de Cristo, deshaciéndose de lo viejo para dar paso a lo nuevo, en otras palabras, dejando atrás lo malo para recibir lo bueno.
Declarada Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial por la Junta de Castilla y León, la Semana Santa de Bercianos de Aliste reúne cada año a cientos de personas para revivir la Pasión y Muerte de Cristo con un ritual que cuenta con 500 años de historia, en el que los cofrades acompañan a la representación del Cristo Crucificado y la Virgen Dolorosa, vestidos con las túnicas blancas de lino con las que serán amortajados en su entierro, mientras se escucha el Miserere de fondo.
El entierro de Genarín y La Madrugá
La Cofradía de Nuestro Padre Genarín es, cuanto menos, curiosa. Esta procesión, de origen no religioso, recorre el casco antiguo la noche del Jueves Santo en homenaje a Genaro Blanco, un personaje que fue conocido por ser un gran bebedor de orujo sin destilar.
La tradición empezó un año después de su muerte, en 1930, cuando cuatro hombres decidieron rendirle homenaje recitando poesía y bebiendo vino y orujo.
La procesión comienza a la una de la madrugada, con el recibimiento del Abad de la Cofradía y un vaso de vino, y finaliza con la ofrenda final al santo, una gran copa de vino.
La Semana Santa se celebra en Sevilla desde el siglo XVI y es conocida en todo el mundo. Más de medio millón de personas se desplazan hacia la capital andaluza para disfrutar de esta experiencia ritual y emocionante, rodeada de música y folclore español.
Entre las más de 50 procesiones que salen a lo largo de la semana, destaca el momento de La Madrugá, que concurre en la noche del Jueves Santo al Viernes Santo, en la que salen a procesionar seis pasos, entre los que se encuentra El Silencio, cuya Hermandad se fundó en 1340, y la acompañan 800 nazarenos.
También destaca la procesión de El Gran Poder, un espectáculo artístico y cultural que dura siete horas y media y al que acompañan 2 mil 300 nazarenos.