Si una política pone en riesgo la salud y la vida de personas, aunque genere ahorro de energía, debe ser discutida, afirmó Yoaly Arana, integrante de la Sociedad Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño y del Centro de Sueño y Neurociencias al referirse a la eliminación del horario de verano.

Expuso que diversos estudios han arrojado que adelantar el reloj una hora se relaciona con un aumento de 24 por ciento en la ocurrencia de infartos al miocardio y 8 por ciento en accidentes automovilísticos.

En entrevista con La Jornada, la especialista dijo que algunas poblaciones son especialmente sensibles, como los adultos mayores, niños y pacientes que ya sufren de algún problema cardiovascular. Otros son los que tienen trastornos de sueño.

En México, se calcula que cerca de 30 por ciento de la población tiene problemas de sueño y muchos no cuentan con tratamiento ni diagnóstico y son más vulnerables al cambio de horario.

Análisis realizados en Estados Unidos demuestran que los siguientes dos días (del cambio de horario) hay incremento en accidentes automovilísticos. Y es que cuando estamos restringidos de sueño se afectan nuestras capacidades de atención, memoria, concentración, reflejos y toma de decisiones.

También han demostrado que en los siguientes días suben los pacientes hospitalizados por problemas cerebrovasculares y cardiovasculares de hasta 24 por ciento. Nuestro ciclo de sueño y vigilia obedece a un periodo circadiano, esto significa que es algo que se repite cada 24 horas.

Detalló que a diferencia del cambio brusco de una hora hacia adelante, el cerebro a lo largo del año se adapta gradualmente a las modificaciones sutiles de luz y oscuridad diarias. Hay hormonas relacionadas con el sueño y la vigilia y obedecen a esos pequeños cambios. No es como con el horario de verano, que es un cambio muy rápido de un día a otro.

Además, los ritmos de liberación de hormonas se relacionan con el estrés y de ahí puede incidir con el tema del corazón. Entonces ¿cómo nos adaptamos a los cambios de hora cuando viajamos a lugares situados en otros husos horarios? Lo hacemos porque tenemos el apoyo de la luz y la oscuridad. El cerebro identifica la intensidad de la luz y su tipo son diferentes, por lo que confió en que se avale el fin del horario de verano.