De agresiones varias
reciosos pontífices bendiciendo la ancianidad… con 14 subordinados a su servicio –escribe Susana L–. “Somos una feliz pareja de abuelos –comparte Luis F– y un buen día, todavía en la cama los dos, atrajo mi atención que mi querida esposa alzaba la voz agresivamente, pues hablaba por teléfono con su hermana sobre un familiar cercano. Procurando que dejara de hablar así y se enfocara en algo más positivo le dije: ‘bájale por favor’. Al instante mi adorada mujer, en tono respetuoso replicó: ‘ya no puedo hablar ni en mi propia casa, perro desgraciado’. Hacía tiempo que no me enganchaba con sus dulces comentarios, pero me enganché, recordándole entonces como unas 10 veces a todo pulmón a la que la trajo al mundo. Salí de casa y mientras manejaba me vino un ataque de risa, pues estaba arremedando a mi dulce compañera gritándome yo mismo: perro desgraciado, perro desgraciado. No me desagradó el mote”.
De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación –dice Guillermo O–, somos más de 15 millones de mexicanos de 60 y más años; otro dato de la institución es que por cada 100 menores de 15 años hay 48 adultos mayores, relación nada optimista, ya que estamos en camino de convertirnos en un país de viejos, con todo lo que esto implica. Dicho Consejo afirma que cuatro de cada 10 adultos mayores viven en la pobreza patrimonial, y en el peor de los casos en la inopia afectiva también. En este punto hay que resaltar la beca de Bienestar para mayores de 65 años que otorga el gobierno federal, que representa una enorme ayuda para los exiguos bolsillos de los más necesitados de este segmento de la población.
La vejez entra de puntitas en nuestras vidas. Nos avisa de su llegada con molestias y dolores, inevitables prohibiciones de esto y lo otro, la fuga de recuerdos, flacideces, arrugas, canas y mengua de fuerzas. No nos queda más que aceptarla y recorrer el resto de nuestra existencia de la mejor manera posible, de otro modo se le sufre más. También es importante tener presente que las limitaciones corporales no son pretexto para alejarse de los amigos y del espíritu emprendedor. Grandes autores de las bellas artes lograron sus mejores obras en la cima de su edad y ni qué decir de conocidos empresarios que siguen vigentes en el timón de sus empresas.