La premier británica, Liz Truss, declaró ayer que podría haber hecho un mejor trabajo preparando el terreno para presentar su propuesta de recortar impuestos, pero insistió en que seguirá adelante con un plan económico que ha causado turbulencias en los mercados financieros. La gobernante reconoció que Reino Unido enfrenta un momento muy tormentoso, aunque aseguró que sus políticas conducirán a una economía de alto crecimiento y bajos impuestos a largo plazo. Es poco probable que sus comentarios calmen a sus correligionarios del Partido Conservador, el cual inauguró su conferencia anual de cuatro días en la ciudad de Birmingham, en medio de un creciente descontento popular. En otro orden, piratas informáticos estadunidenses robaron los datos personales de los miembros del gabinete de ministros de Reino Unido, incluida Truss, y los pusieron a la venta por menos de 10 dólares, informó el periódico The Daily Mail.