Domingo 25 de septiembre de 2022, p. 15
Genk, Bélgica., La escalada de los costos de la energía ha obligado a los fabricantes de acero a recortar la producción en toda Europa, amenazando con cierres masivos de plantas que algunos advierten que podrían ser permanentes en un sector que da empleo a más de 300 mil personas y contribuye con decenas de miles de millones de euros a la economía de la región.
El fabricante de acero inoxidable Aperam, que cuenta con cuatro turbinas eólicas y más de 50 mil paneles solares en su planta del este de Bélgica, se ha visto obligado a detener la producción debido al aumento de los precios de la energía.
La empresa está pagando por la energía en un mes lo que solía pagar en un año y ha dejado inactiva una instalación que normalmente fundiría la chatarra de acero inoxidable y la convertiría en planchas gigantes, dando empleo a unos 300 trabajadores.
El mantenimiento de verano suele limitar la producción 80 por ciento de la capacidad, pero el jefe europeo de Aperam, Bernard Hallemans, afirma que la cifra ronda 50 por ciento desde finales de junio, después que Rusia cortó bruscamente el suministro de gas a Europa, lo que hizo que los precios, ya inflados, alcanzaran nuevos récords.
Los mil 200 empleados de la planta de Aperam en Genk corren el riesgo de sufrir un paro temporal, con un recorte de al menos una quinta parte de su salario, justo cuando la inflación alcanza el 10 por ciento.
Viene el invierno
En Alemania, que depende en gran medida del gas ruso para alimentar su economía basada en la exportación, la industria siderúrgica se enfrenta a costes energéticos adicionales de 10 mil millones de euros, aproximadamente una cuarta parte de la facturación media anual del sector, con costos adicionales para la transición ecológica de la Unión Europea.
Si no apretamos el gatillo ahora, en Alemania nos amenaza un invierno de desindustrialización
, dijo el presidente de la federación alemana del acero WV Stahl, Hans Jürgen Kerkhoff.
ThyssenKrupp Steel Europe ha recortado su producción en el país, con clientes indecisos ante la incipiente recesión y los precios de la energía que ponen en entredicho su competitividad internacional.
ArcelorMittal, el segundo fabricante de acero del mundo, también ha detenido un alto horno en Alemania, junto con otros en Francia, Polonia y España, y prevé que su producción europea del cuarto trimestre será 17 por ciento inferior a la del año anterior.
Según un informe de McKinsey del año pasado, el acero aporta 83 mil millones de euros de valor añadido a la economía de la región y da empleo directo a 330 mil personas.
Adolfo Aiello, director adjunto de la federación Eurofer, afirma que si la crisis energética no se resuelve a corto plazo, los paros podrían hacerse permanentes.