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Erupción musical de Iron Maiden en el Foro Sol

Tenemos 65 mil jodidamente locos, exclamó Bruce Dickinson, en total comunión con sus fans mexicanos

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▲ La banda inglesa, durante su presentación en ese centro de espectáculos.Foto cortesía de Ocesa
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Viernes 9 de septiembre de 2022, p. 8

“Tuvimos tres años de mierda en este mundo y, esta noche (del miércoles), lo hermoso es que volvemos a estar juntos. Esta noche, amigos, todos juntos, aquí, en los costados, en el piso, mis amigos, ‘amigos’ (en español), somos hermanos de sangre”, sentenció Bruce Dickinson, líder de los Iron Maiden, en referencia, quizá, a su ausencia en el país, ya que su pasada presentación fue en 2019, antes de la crisis sanitaria que aún se vive debido a la pandemia por covid-19.

La emoción del vocalista de los legendarios Maiden por volver a México, país que ha recibido a la banda de manera especial, era palpable, al grado de destacar que su show en el Foro Sol fue, hasta el pasado miércoles, el más concurrido del momento de su tour, pues compartió que en Brasil (Sao Paulo) tocaron ante 60 mil personas; en Suecia, 63 mil, pero no se preocupen, tenemos el espectáculo más grande de toda la jodida gira, 65 mil jodidamente locos.

Previo al clímax que precedió a la canción Blood Brothers, del disco Brave New World (2000), los asistentes al concierto de la banda inglesa, desafiando a Tláloc, acudían al foro con la ilusión de ver y escuchar, por primera, segunda o enésima vez, a su grupo favorito, sabedores de lo energéticas y potentes que son sus presentaciones; la expectativa era muy alta.

Actuación de Mastodon

La lluvia, el tráfico y los compromisos laborales hicieron imposible llegar a la cita a la hora exacta, perdiéndonos de la actuación de los Mastodon, banda que solamente se presentó en México como parte de la gira de la Doncella de Hierro Legacy of the Beast World Tour 22 por el continente.

¡Pásele, pásele!, ¡tenemos la playera oficial del concierto!, era el grito que convocaba a decenas de personas en diversos stands donde la edad de los marchantes, incluso sus gustos en cuanto a los diseños de las prendas, no tenían semejanza, pues lo mismo se compraba una playera conmemorativa un señor de la tercera edad, que un joven padre para su pequeño retoño. Y en ese mismo sentido iban los gustos por colores e imágenes en los estampados de las playeras.

La felicidad en forma de cerveza corría por todos los espacios del foro, la alegría de volver a ver a su banda preferida y –en mayor medida, aunque no se expresaba abiertamente– la convivencia masiva con nuestros pares y, obviamente, el estar vivo y sano, aderezaban la presentación de los Maiden, pues entre pláticas de grupos de amigos reunidos para ver a su agrupación favorita, algunos comentaban que la ausencia de uno o unos seguidores de los ingleses, quienes no pudieron y no podrán, volver a ver a Maiden en este plano terrenal.

Pero la melancolía corrió sus cortinas al escucharse los primeros acordes de Doctor, Doctor, de los ingleses UFO, como preámbulo a la actuación de sus compatriotas, quienes, como buenos británicos, puntuales a las 21 horas, como estaba marcado en la logística del concierto, por fin salieron al escenario.

Pese a ser la extensión de la misma gira que visitó tierras mexicanas en 2019, los Iron Maiden traen bajo el brazo su nuevo disco titulado Senjutsu, el número 17 de su carrera, que inundó los mercados exactamente hace un año y que es el motivo de esta extensa gira que la banda realiza por todo el mundo. Así, las armonías de la rola que le da nombre a la nueva grabación se escucharon en todos los confines del foro.

Escenografía con motivos de la cultura japonesa

Un grito de alegría, general, unísono y tan fuerte del público, que por momentos opacó un poco la melodía con la que Iron Maiden iniciaba su show, se escuchó ante una escenografía con motivos de cultura japonesa, como la reproducción de un templo. Una versión samurái de Eddie, la mascota de la banda, enloqueció a los fanáticos, quienes no paraban de cantar Senjutsu, Stratego, The Writting on the Wall.

En la parte del solo de ésta última, un proyectil rechonchito, vestido de bata blanca, cayó en el escenario, Bruce lo levanta, lo hace bailar y lo pone al micrófono, posteriormente, lo introduce a su camisa negra, ante la alegría y griterío general.

El rugido de una motocicleta anunciaba la llegada de Revelations, pieza extraída del álbum Pieces of Mind (1983); el escenario se transformaba en una especie de capilla gótica. Le siguieron la ya mencionada Blood Brothers, una cruz de tamaño mediano y con otra ambientación de fondo en el escenario, daba pie a Sign of the Cross”, del The X Factor (1995), donde Dickinson, enfundado con una capa negra, deleitaba a su público, quien enloqueció con los estallidos de la pirotecnia en la parte superior del escenario.

Andanada de clásicos

Tras Flight of Icarus del Pieces…, llegó la andanada de clásicos con Fear of the Dark, de su disco homónimo, en la que miles de voces corearon como una sola las primeras notas de la rola, lo que hizo que la piel se erizara de la emoción. Continuaron con Hallowed Be Thy Name y The Number of the Beast (The Number of the Beast, 1982), y cerraron el concierto con Iron Maiden, del álbum del mismo nombre, de 1980.

Pero como los fanáticos mexicanos nunca están satisfechos cuando de Iron Maiden se trata, el grito de ¡Ole, ole, ole, Maiden, Maiden!, hizo que la banda regresara al escenario para ejecutar la rola que identifica a la banda, sea uno o no seguidor de ella: The Trooper, el Foro Sol estaba en su punto, la erupción comenzó. Bruce, enfundado en una casaca roja militar inglesa, de la época que narra la canción y ondeando la bandera de su país, de pronto, con sable en mano, enfrenta a un gigantesco Eddie.

La catarsis sonora prosiguió con The Clansman, del Virtual XI (1998); Run to the Hills, del disco The Number…, y la apoteosis: Aces High (Powerslave, 1984), donde un gigantesco avión surcaba el escenario. Tláloc quedó satisfecho con la ofrenda musical que los mexicanos le ofrecieron, incluso, la Luna, tímida, se asomó por momentos para disfrutar el ritual sonoro y escénico, el de Iron Maiden.