Comisión bilateral para el tema energético // Calambres españoles // Las nuevas carabelas
stados Unidos está pidiendo a México un mercado abierto
en energía, pero no sigue esa política en su propio territorio. En su primer día de gobierno, el presidente Biden firmó una orden ejecutiva que canceló el controvertido oleoducto Keystone XL. Transportaría millones de barriles de petróleo desde Canadá a refinerías estadunidenses. Se trataba de una inversión de 7 mil millones de dólares y una parte era capital del gobierno canadiense. Otro caso que nos resulta más cercano: la compra por Pemex de la planta petrolera de Deer Park, aunque ya era dueño de la mitad de las acciones, pasó por una serie de autorizaciones, filtros y restricciones que por poco se frustra el negocio. Las empresas internacionales que explotan los recursos energéticos de México entraron gracias a una reforma constitucional engendrada por el Pacto por (contra) México de Enrique Peña Nieto. Asumieron el riesgo de que si ganaba la siguiente elección Andrés Manuel López Obrador, probablemente la echaría para atrás, porque lo anunció en su campaña. Ahora están moviendo sus recursos políticos y financieros para que las cosas sigan como están. En este escenario ocurrió la visita del comisionado para asuntos climáticos de Estados Unidos, el veterano político John Kerry. Hubo una conversación franca y sin reclamaciones, dijo el canciller Marcelo Ebrard. Al final acordaron crear una comisión que trace una ruta que incorpore a ambos países al futuro de las energías limpias, pero con respeto a la soberanía de México.
Recorrido por Palacio
“Empezó tarde la reunión –narró el canciller–, porque el Presidente le mostró el Palacio (Nacional) a John Kerry, ellos tienen una muy buena relación desde que Kerry fue a Palenque. Le explicó los murales, por qué se hizo el palacio, la historia de México. Siempre es importante, porque pensamos que todas las personas que nos visitan conocen la historia de México y no tiene por qué ser así”. Agregó: Le hizo una explicación que le tomó como una hora, muy interesante. Hablaron de la historia de México, de cómo en etapas muy importantes de México ha sido muy importante Estados Unidos. De Abraham Lincoln, en fin, la historia de México y de Estados Unidos
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Calambres
Cuando el presidente José López Portillo reanudó las relaciones diplomáticas con España, en marzo de 1977, con una fastuosa visita a Madrid en la que se hizo acompañar por prominentes empresarios, se pensó que era una buena idea (uno de los festejos fue la memorable corrida de toros en la Maestranza de Sevilla). Existía el antecedente del exilio republicano y la mano tendida generosamente por el general Lázaro Cárdenas; ya fallecido el dictador Francisco Franco, no había razón para mantener la desconexión. Hasta entonces sólo funcionaba una oficina de negocios que representaba a México en Madrid. El intercambio comercial ha crecido escasamente a lo largo de 45 años, en 2020 rondaba en torno a 10 mil millones de dólares anuales, pero tropezó por la pandemia. Lo que sí ha crecido es la corrupción en las redes de empresarios y funcionarios de ambos países. Símbolo claro es el empleo que Iberdrola dio al ex presidente Felipe Calderón y a su secretaria de Energía Georgina Kessel. El presidente López Obrador ayer mencionó en la mañanera la posibilidad de hacer una pausa con España, sin romper relaciones. Antes, el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, había mencionado tres casos de corrupción, incluyendo los famosos floteles. Le dieron calambres al ministro español de Exteriores de España, José Manuel Albares. Anunció que verificará las declaraciones del Presidente de México y se preguntó qué quería decir
al plantear una pausa
en las relaciones. Esto fue lo que dijo Andrés Manuel: Queremos tener buenas relaciones con todos los pueblos del mundo, sólo que no queremos que vengan y nos roben. Así como los españoles no quieren que vayan de otros países y les roben, así, también, nosotros tampoco queremos que nos roben
. ¿De veras no entendió?
Twitterati
Cuento corto: el rey de España, en su segundo viaje de reconquista, envió tres nuevas carabelas de nombre Iberdrola, Repsol y OHL. Al mando de los capitanes Fox, Calderón y Peña Nieto. Venían al saqueo y por más riqueza. Pero el nuevo tlatoani los expulsó diciendo: A robar a su tierra
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