Fideicomisos y fundaciones en riesgo
uando una persona o un gobierno quieren asegurar los recursos para la operación de un proyecto se crean fideicomisos o fundaciones. En los países desarrollados estas estructuras funcionan con transparencia y permiten el desarrollo de comunidades, museos, centros de investigación y universidades de gran prestigio.
En cambio, México atraviesa una crisis con este tipo de instituciones. Por el lado del gobierno se encuentran en proceso de cancelación 109 fideicomisos públicos, debido al posible mal uso de los recursos. En consecuencia, en el Presupuesto de Egresos de la Federación se tendrán que considerar miles de millones de pesos para la investigación, educación y desarrollo que antes se encontraban en los fideicomisos.
En el caso de las fundaciones y fideicomisos privados también se presentan irregularidades debido a la opacidad en su manejo y a que vivales, que hay por todos lados, buscan la forma de quedarse con dinero que no les pertenece.
Un caso es el de la Fundación Mary Street Jenkins, ligado con la Fundación de Las Américas Puebla. Son cientos de millones de dólares que se quieren usar para fines distintos a los que decidieron William y Mary Jenkins.
Otro caso es el fideicomiso dejado por Gabriel Alarcón, en el que participan tres de sus cuatro hijos, por el cual hay una lucha por utilizar los recursos en forma distinta a como lo dejó por escrito don Gabo
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El caso que recientemente salió a la luz pública es el fideicomiso de Participación Inmobiliaria CPI’s administrado por Banca Mifel de Daniel Becker que se ha prestado a un juego sucio, al tramitar una orden judicial para esconder la operación del fideicomiso a uno de los tenedores de certificados denominados CABASTOS 04. El denunciante es Enrique Garza, quien tiene recursos en este instrumento financiero y que el banco, en forma ilegal y arbitraria, le niega información sobre su patrimonio.
Esperemos que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, a cargo de Juan Pablo Graf, corrija las irregularidades que se llevan a cabo en el equipo de Daniel Becker, actual presidente de la Asociación de Bancos de México. Tal parece que el poder que adquirió Daniel al presidir a los banqueros le da un trato especial para evadir la ley.