l gobierno de Estados Unidos ha venido impidiendo por todos los medios posibles, la entrada de jeringas a Cuba, con el claro propósito de impedir que la población de esta nación hermana pueda aplicar las vacunas contra el Covid, e incluso amenazando a empresas, gobiernos y organizaciones civiles internacionales que las envíen, sin preocuparse por pensar que estas acciones puedan conformar un crimen de lesa humanidad.
De manera coincidente, hace poco más de una semana, el presidente Joe Biden declaró que su gobierno combatirá la corrupción a escala mundial, utilizando para ello a las organizaciones sociales de cada nación, en esta lucha que él considera un asunto de seguridad nacional, lo cual viniendo de la máxima autoridad de ese país, cuyos gobernantes han impuesto algunos de los gobiernos más corruptos de Latinoamérica y de África, constituye una amenaza real para el resto de las naciones del mundo, especialmente para las de nuestra región. Basta recordar el apoyo que el gobierno estadunidense otorgó a dictaduras corruptas y criminales en Nicaragua (Anastasio Somoza); República Dominicana (Leonidas Trujillo); Cuba (Fulgencio Batista); Guatemala (Castillo Armas), y Chile (Augusto Pinochet), a los cuales gobiernos de Estados Unidos les dieron el apoyo y armas necesarias para mantenerse en el poder y tener sojusgados a sus habitantes.
Adicionalmente, al plantear esta nueva amenaza, Biden nos da a entender que quien juzgará y decidirá cuáles gobiernos son corruptos y cuáles no, serán ellos mismos, con lo que nos indica que los gobiernos de países como Cuba, Venezuela y quizá Perú y Bolivia, sean pronto declarados como corruptos para justificar cualquier agresión militar de su parte. Una muestra de lo que implica el apoyo que el gobierno de Estados Unidos estará dando a las supuestas organizaciones civiles de cada nación, para que investiguen y le informen sobre los posibles actos de corrupción de sus gobiernos, son los recursos que el gobierno estadunidense ha venido otorgando a la organización conocida como Mexicanos contra la Corrupción, dirigida por el distinguido Claudio X. González, quien seguramente no los utilizará para investigarse a sí mismo, ni a la organización que encabeza, sino para continuar sus campañas de desprestigio contra el gobierno mexicano, incluyendo pagos a la prensa extranjera para que golpee al Presidente de México y a su gobierno.
Cierto, existen diferencias entre el presidente Biden y su antecesor, Donald Trump, quien cada día amenazaba a alguno de los gobiernos de Irán, Corea, China, Venezuela, Cuba e incluso el nuestro, manteniendo al mundo en suspenso ante la posibilidad de la generalización de una guerra, sin embargo, existe un dicho que generalmente resulta cierto: perro que ladra no muerde
… ahora no es el caso con el nuevo presidente de Estados Unidos, quien está informándonos de la reciclada y próxima estrategia estadunidense de dominio.
Por ello, resulta de la mayor importancia que los países latinoamericanos, gobernados hoy por regímenes nacionalistas, se organicen para crear un frente común, con capacidad económica, para hacer frente al intervencionismo de Estados Unidos e impedir que las naciones citadas sean víctimas de nuevas agresiones comerciales, económicas o militares auspiciadas o realizadas abiertamente por el gobierno imperial.
En el caso particular de nuestro país, es necesario que la Fiscalía General de la República investigue a la susodicha organización, Mexicanos contra la Corrupción, así como a su titular, quien probablemente tiene en su haber un cúmulo de delitos a partir de sus tratos con las administraciones anteriores.
En días pasados inició su gira a Guatemala y México la vicepresidenta de Estados Unidos, indicándoles a los guatemaltecos que no debían viajar a territorio estadunidense porque no serían bien recibidos. Es posible que Kamala Harris ignore que la razón de estas migraciones se debe a que hace más de 60 años los estadunidenses derrocaron al presidente de Guatemala Jacobo Arbens, poniendo a un presidente espurio, para proteger a United Fruit, empresa de Estados Unidos dedicada a explotar a una inmensa mayoría de trabajadores guatemaltecos, generando los niveles de pobreza que hoy son causa de migraciones, no sólo de esta nación, sino de casi toda Centroamérica. Lo que está sucediendo en esta región es un aviso de los que este nuevo imperio significa para todos los países del mundo y de manera particular para los latinoamericanos.
En relación a las elecciones del domingo pasado, la alianza del PRI-PAN-PRD se adjudicó el triunfo en nueve alcaldías de la Ciudad de México, motivando a algunos medios de comunicación a manifestar que ello constituía un gran triunfo para esos partidos y una derrota para el del Presidente, sin embargo, resulta que esto es falso, ya que en este conjunto de alcaldías Morena mantuvo una votación similar a la de 2018; lo que hizo la diferencia, fue que los sufragios de esos partidos se sumaron entre sí, por lo que lejos de ser una victoria, pareciera que estos entes, hoy de oposición, están tejiendo su propia aniquilación, pues sin duda se dedicarán los próximos tres años a pelearse entre ellos, por los botines financieros de cada demarcación, lo que devendrá en una debacle, dando como resultado final que la población de esas alcaldías termine perdiéndoles la confianza que en esta ocasión pareció otorgarles.
* Director del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa