En este tiempo, en el centro se ha dado vida a las ideas del maestro Francisco Toledo, su fundador, expresó en entrevista Daniel Brena, director del espacio cultural
Domingo 21 de marzo de 2021, p. 3
El Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), en Oaxaca, cumple 15 años desde su fundación, a cargo de Francisco Toledo. El artista oaxaqueño tuvo la visión de transformar una fábrica de textiles abandonada en un espacio cultural que hoy es un incansable referente artístico, arquitectónico y de colaboración.
Toledo, siempre invisible, pero siempre presente
, guió al espacio y le imprimió su sello único, de respeto por los saberes tradicionales y la innovación artística.
Daniel Brena, director del centro, expresa en entrevista que durante 15 años se le ha dado vida de acuerdo a las ideas del maestro Toledo, de brindar acceso gratuito a educación artística de la más alta calidad, respeto al medio ambiente y con actividades que integren a la comunidad.
Es escuela, lugar de exposiciones y sitio de visita. Durante todos estos años ha tenido una repercusión muy grande en Oaxaca y en México, con programas y clases, por ejemplo, de fotografía, grabado y dramaturgia, además de que apoya el potencial de creadores y jóvenes
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Se inauguró el 21 de marzo de 2006 entre las montañas de San Agustín Etla, municipio cercano a la capital oaxaqueña.
Requirió años de trabajo para su recuperación y restauración. Cuando se adquirió el inmueble, todavía encontraron en las amplias plantas algunos rollos de talla y vieja maquinaria. El lugar se convirtió en bellas salas de exposiciones con una fachada de cantera y fuentes coloreadas con grana cochinilla, un chalet afrancesado, un espejo de agua, espacios de impresión de fotografía, estancias para profesores y una biblioteca. Fue el primer centro de artes ecológico en Latinoamérica.
Como señala el CaSa, sus programas abarcan distintas disciplinas: artes visuales, dramaturgia, danza, diseño, arquitectura, pintura, dibujo, cine y música. Además de un área de producción donde materializaron muchos de los diseños de Toledo, como sus figuras afelpadas, sus joyas con radiografías, mosaicos y hasta las puertas del jardín de niños que colinda con el centro cultural.
El aniversario encuentra al espacio cerrado, con motivo de las medidas sanitarias derivadas de la pandemia de Covid-19, aunque no por eso está inactivo.
Aprendimos que el CaSa tiene esta estructura increíble, hecha para ser habitada. Las instituciones fundadas por Francisco Toledo tuvimos que reaccionar rápidamente y demostrar que más allá de los edificios, hay un equipo de trabajo, así como artistas, maestros y estudiantes que siguen trabajando con el mismo espíritu con el que fue fundado.
La virtualidad ha sido un espacio fundamental, en el que se han impartido talleres en línea; además, se otorgaron los premios de creación literaria en lenguas indígenas, iniciativa insignia, y sorprendió el éxito que tuvo el concurso de diseño de mosaicos.
El Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), el Centro Fotográfico Álvarez Bravo y el CaSa, espacios fundados por el pintor, grabador y promotor cultural fallecido en 2019, han conjuntado sus esfuerzos para trabajar de manera conjunta durante los meses recientes de pandemia. Nos dimos cuenta de que teníamos que enfrentarla unidos; es un reto tan nuevo y distinto, que desde entonces estamos en comunicación. También hemos trabajado de la mano y más fuerte que nunca con Sara Toledo, presidenta de la asociación civil Amigos del IAGO
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Las celebraciones de aniversario del CaSa se movieron a la ciudad, para evitar el traslado hasta San Agustín Etla. El IAGO y el Álvarez Bravo, ubicados en el centro histórico de Oaxaca, abrirán hoy para realizar diversas actividades conmemorativas.
En el primero, ubicado en el corredor Macedonio Alcalá, antigua casa en la que también se resguarda la biblioteca de artes donada por Francisco Toledo, se invita a imprimir en playeras alguna de las imágenes del edificio que alguna vez fue la antigua ex fábrica de hilados y tejidos La Soledad.
En el Centro Fotográfico se preparó un escenario para tomarse una instantánea junto a los viejos rollos de tela que recuerdan la vocación de la renovada sede del CaSa, parte del legado solidario de Francisco Toledo.