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No sólo de pan...

De cartas abiertas

E

sta columnista nunca ha ocultado su certeza de que la 4T constituye un hiato histórico con una temporalidad que exige aprovecharlo antes de que acabe el presente sexenio (otra cosa sería suicida), y para ello no debemos dejar pasar los yerros (ciertamente inevitables dada la dimensión de la tarea del Ejecutivo) haciendo de su conocimiento y a tiempo los peligros de tal o cual política pública para el futuro de la 4T. Tómese, pues, esta colaboración como una carta abierta dirigida también al Presidente.

Hace unos días, en la conferencia mañanera, un periodista corresponsal de un diario extranjero cuestionó el programa llamado Sembrando Vida, pues, de acuerdo con informantes del sureste mexicano, muchos beneficiarios de dicho programa talan selva tropical o bosques templados a fin de recibir el apoyo gubernamental para sembrar maderables y frutales. El Presidente rechazó este cuestionamiento categóricamente. Sin embargo, ya habíamos consignado en este espacio testimonios de investigadores serios y de Servidores de la Nación en el mismo sentido, sin que pueda decirse que con ello desearan los informantes desprestigiar al gobierno actual, por el contrario, siendo gente interesada en el éxito del programa, lamentaban que los terrenos talados tenían dificultades con suelos no aptos, clima inadecuado y brotes que no prosperan

La Directora General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, reconocida por sus luchas en favor de la biodiversidad, podría confrontar datos con los de las Secretarías de Agricultura y Desarrollo Rural, del Trabajo y la de Bienestar. Pues una cosa son las estadísticas triunfales que se aportan al Ejecutivo y otra es la realidad que recae sobre el campesino y sus necesidades, sobre una naturaleza acostumbrada a prosperar en la diversidad, o que ya está inerme por la agresión secular o es rebelde e indomable ante los químicos. Así como son muy distintos los proyectos armados en computadoras y resultados de pantallas, de su efecto real en las necesidades humanas, alimentarias y culturales. Sin duda, una cosa son las cifras de Sembrando Vida sobre árboles plantados, toneladas de fertilizantes repartidos, cálculos sobre el incremento de la exportación para cumplir con el T-MEC, y el número creciente de beneficiarios, hombres y mujeres, y otra cosa muy diferente es aceptar que los ingresos de este sector de la población se convierten en poder adquisitivo para aceitar el mercado interno de comestibles y bebidas embotelladas.

Por lo mismo, nuestra obligación es constituir un contrapeso ciudadano, pues tanto sería absurdo creer que el Presidente debe saber todo de todo, como sería mala fe dejarlo solo con los yerros en los que otros lo inducen. Los que creemos en su Cartilla Moral y su proyecto, por el que votamos, debemos abrirle los ojos cuando no vea claro y reconducirlo hacia sus propias convicciones: el sistema capitalista en su periodo neoliberal ha destruido la educación, la salud, el medio ambiente, la moral y, sobre todo, el derecho a y la calidad de la alimentación de los pueblos del mundo. Porque no basta con etiquetas de advertencia que son, sin duda, apoyos en la lucha contra la agroindustria deshonesta y criminal, es URGENTE apoyar la producción en policultivo, desoír a los voceros triunfales de la productividad de maíz por hectárea (que con inocencia presumió el Presidente en la mañanera) y darle a éste las herramientas conceptuales necesarias para que pueda trabajar este sector a la manera de su proyecto histórico. De otro modo, tendremos que volver a empezar, y a algunos ya no nos va a alcanzar el tiempo para enderezar las políticas públicas en materia de producción de alimentos y recuperación de Natura de la que formamos parte.