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Entrevista de la pareja con Oprah Winfrey

Preocupaba a la corona británica el color del hijo de Meghan y Enrique
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▲ Los duques de Sussex durante la conversación televisada.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de marzo de 2021, p. 19

Nueva York., Meghan Markle afirmó haber sido objeto de una campaña de desprestigio de la familia real que la llevó a pensar en el suicidio, mientras Enrique, su esposo, dijo estar realmente decepcionado por la falta de apoyo de su padre, el príncipe Carlos.

Meghan y Enrique, quienes se casaron en 2018 y hace un año se fueron de Inglaterra, abandonando sus deberes como miembros de la realeza, sostuvieron una entrevista de dos horas con Oprah Winfrey que fue transmitida ayer por CBS en Estados Unidos, donde residen.

Meghan, de 39 años, afroestadunidense, aseveró que los parientes de su marido estaban preocupados sobre cuán oscura sería la piel de su hijo Archie antes de su nacimiento, el 6 de mayo de 2019.

“En esos meses de embarazo (...) sostuvimos una serie de conversaciones acerca de que ‘no se le daría seguridad, ni un título’, así como preocupaciones y conversaciones sobre qué tan oscura sería su piel cuando naciera”, dijo Meghan.

Afirmó que el Palacio de Buckingham se negó a otorgar protección al niño, a pesar de que esa es la tradición, y que tuvo pensamientos suicidas durante ese tiempo. Ya no quería vivir más, afirmó entre lágrimas. Agregó que cuando explicó a la familia real que estaba luchando y que necesitaba ayuda profesional, le contestaron que no podía, que no sería bueno para la institución.

En tanto, Enrique, de 36 años, aseguró que se sintió realmente decepcionado por la falta de apoyo de su padre “porque él pasó por algo similar. Él sabe cómo se siente el dolor.

Mi mayor preocupación era que la historia se repitiera, dijo, en alusión a la separación de sus progenitores y al trágico destino de su madre, la princesa Diana.

La conversación televisada evoca la que Diana concedió a la BBC en 1995, en la cual admitió haber engañado a Carlos con el oficial del ejército James Hewitt.

Enrique dijo que siempre amará a su padre –heredero del trono– y a su hermano, el príncipe Guillermo, quienes están atrapados en las convenciones de la monarquía. No pueden irse. Y les tengo una gran compasión por eso.

Asimismo, aseveró que él y Meghan hicieron todo lo posible por permanecer en la familia real.

Oh, Dios mío, hicimos todo lo posible para protegerlos, comentó ella, a su vez, quien por otro lado reveló que se casó con Enrique tres días antes de la ceremonia oficial y que el segundo hijo que esperan será una niña.

Denunció una verdadera campaña de desprestigio de la monarquía, aunque tuvo cuidado de no atacar personalmente a miembros de la corona.

Simplemente afirmó que, contrariamente a lo que había informado la prensa británica, no fue ella quien hizo llorar a Kate, la duquesa de Cambridge, sino que sucedió lo contrario durante un incidente previo a su matrimonio y que ésta se disculpó poco después.

El diario británico The Times publicó la semana pasada testimonios de ex empleados que denuncian a Meghan por acoso cuando aún vivía con la realeza. El Palacio de Buckingham, muy preocupado, anunció de inmediato la apertura de una investigación, inusual para una institución poco acostumbrada a resolver sus disputas en público.

En un discurso televisado pregrabado, la reina destacó la importancia de la dedicación desinteresada y el sentido del deber mostrado por el personal sanitario durante la pandemia, algo que algunos seguramente interpretarán como crítica a la pareja.

Tras confirmar a la reina su retirada definitiva, los duques de Sussex perdieron sus últimos títulos oficiales en febrero. Instalados primero en Canadá y luego en Montecito, California –desde marzo–, se han mostrado como un matrimonio moderno, mixto, volcado a temas humanitarios.

Desde su partida crearon la fundación Archewell y producirán programas para Netflix por 100 millones de dólares. A esto se suma una asociación con Apple TV + en colaboración con Oprah Winfrey, quien según The Wall Street Journal vendió esta entrevista en entre 7 y 9 millones de dólares a CBS, conservando los derechos internacionales.