s importante que México cuente con las energías renovables para satisfacer las necesidades de energía eléctrica de toda la población y para cambiar el transporte por uno eléctrico. Las razones principales son las siguientes:
1. Si se continúa elevando la temperatura del planeta a más de 2 grados centígrados para finales de siglo los efectos para el planeta serán muy graves. Actualmente se ha propuesto a escala mundial llegar a elevar la temperatura promedio del planeta a 1.5 grados centígrados. Y para lograrlo cada país debe asumir un compromiso que se traduzca en acciones concretas inmediatas para alcanzar la meta. La elevación de la temperatura del mundo de manera artificial o antropogénica ha causado una elevación de la temperatura de 0.8 grados centígrados. Puede parecer un cambio menor, pero ya hemos visto los efectos de dicho cambio en la intensidad de los huracanes en México, por ejemplo. Y los daños que ocasiona a la economía nacional de miles de millones de pesos –lo acabamos de vivir en Cancún– se pueden mitigar si se toman hoy las medidas adecuadas.
Hay que señalar que la elevación antropogénica de la temperatura está directamente relacionada con la utilización de combustibles fósiles –léase petróleo, gas y carbón–, principales causantes de la producción de bióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4) producido por la ganadería y la agricultura. La producción CO2 está estrechamente ligada con la producción de energía de cada nación; así, los países como China y Estados Unidos son los que más contaminan el planeta o contribuyen a afectar el clima global de la Tierra, en lo que se conoce como cambio climático global. Según, las cifras del Global Carbon Atlas de 2017, China contribuye con 9 mil 838 millones de toneladas anuales de CO2 y Estados Unidos con 5 mil 269 millones de toneladas de CO2. Pero México se encuentra en el lugar 11 en el mundo, con 490 millones de toneladas de CO2.
Según datos que proporciona Telma Castro, directora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, 30 millones de mexicanos respiran aire contaminado y una de cada 10 muertes en el mundo se debe a la contaminación.
2. Fuentes de energía como petróleo, gas, carbón y uranio tarde o temprano se van a terminar; por esta razón se llaman fuentes no renovables. En nuestro país hemos visto cómo la producción diaria de petróleo ha venido disminuyendo con el paso de los años, mientras la población continúa aumentando. Esta reducción en la producción no sólo perjudica en la generación de energía para satisfacer nuestras necesidades, sino también en el petróleo que exportamos, principalmente a Estados Unidos y que proporciona ganancias importantes para nuestra economía.
3. La energía nuclear, a pesar de que ofrece un gran aporte a la medicina, tiene tres grandes problemas. El primero es que los desechos radiactivos si no se manejan adecuadamente pueden matar a las personas durante años. El segundo, los accidentes en las centrales nucleares, aunque de baja probabilidad, pueden matar a cientos de personas; los casos más conocidos son los de Three Mile Island (1979), Chernobyl (1986) y Fukushima (2011). El tercero, si en las centrales nucleares se maneja uranio enriquecido, potencialmente se puede producir plutonio, que con unos cuantos kilogramos se hace una bomba atómica, como la que destruyó Hiroshima y Nagasaki. Por las razones anteriores, la energía nuclear no se considera una fuente limpia, sino potencialmente muy sucia. Se considera limpia porque no produce CO2, pero puede producir la muerte de los seres vivos, cosa que no sucede con otras fuentes de energía.
En la administración pasada se creó de manera tramposa el nombre de energías limpias para incluir a la energía nuclear y a las termoeléctricas que operan con gas natural. De la primera, ya explicamos por qué no es limpia, sino potencialmente muy sucia. Y, con relación al gas natural, aunque contamina menos que el petróleo, ¡sigue contaminando!, así que tampoco es limpia.
Tampoco a la energía hidráulica se le considera una fuente renovable de energía, porque cuando se hace una gran central hidroeléctrica se desvía el curso de los ríos y se afecta a las personas y seres vivos que viven en ese sitio. Por ello, en varios lugares de México existen protestas por la construcción de las centrales hidroeléctricas. Únicamente se consideran como renovables a energía mini y microhidráulica en las que no se afecta al ecosistema. En el caso de México, la renovación de las centrales hidráulicas que construyeron los grandes ingenieros mexicanos que fundaron ICA en el cardenismo parece una buena opción, siempre y cuando se proporcionen datos concretos de cuánta energía va a producir cada una con las mejoras.
A partir de lo anterior, debe quedar claro que las fuentes de energía renovables y casi limpias –porque no existe ninguna que sea limpia, todas contaminan aunque sea un poco– son la energía solar, la eólica, la geotérmica, la de la biomasa, la mini y microhidráulica y la oceánica. Ésas son las energías que contribuyen a mitigar el cambio climático global y casi todas las naciones del mundo están transitando hacia dichas energías.
Instituto de Energías Renovables, UNAM