Escuchó la campana. Yamileth Mercado volteó hacia su esquina, pero seguía escuchando indicaciones. El quinto round no había terminado. Hasta 10 segundos después sonaría el verdadero campanazo; la campeona mundial supergallo del CMB sintió vértigo. Llegó confundida al rincón del cuadrilátero y ahí fue presa del pánico por su estado físico.

Durante el intercambio de golpes con la retadora Alejandra Guzmán, la monarca sufrió la perforación de una membrana en el oído. Eso le provocó un malestar repentino, el vértigo que la aterró y la dificultad para mantener el equilibrio.

Entré en pánico, muy extraño porque no sentí ningún golpe, só-lo escuché un tin-tin, recuerda con escalofríos; estaba aturdida. Escuchaba las voces que daban todos, pero muy confuso, no distinguía las de mi esquina de las de la rival.

Yamileth estaba asustada. De pronto empezó a sangrar por la nariz. En su equipo temían que se tratara de una consecuencia de la doble fractura del tabique que sufrió en septiembre. Sólo hasta que visitó al especialista médico, le informaron que la hemorragia había sido por la lesión en el oído y no por algún golpe en en el rostro.

Aquello fue una batalla sanguinaria. Alejandra Guzmán también terminó con una temible lesión en una mano que posiblemente necesite cirugía. En esas condiciones, ambas boxeadoras se sobrepusieron para culminar un combate memorable con consecuencias médicas, aunque no de gravedad.

Me han dicho que soy candidata a una cirugía para el oído, confiesa Yamileth; vamos a esperar la evolución y que el médico determine.

Aunque por momentos Yamileth se quiebra al recordar no saber qué ocurría con su cuerpo en la pelea, cuando recobra la calma exhibe un orgullo deportivo por el coraje que demostraron sobre el cuadrilátero.

Cuando se habla de guerras en el boxeo siempre se piensa en los hombres. Nosotras demostramos que también damos grandes batallas.