Otra figura del futbol se marcha. Paolo Rossi, héroe de la selección italiana que conquistó el Mundial de España en 1982, murió a los 64 años, aún sin hacer pública la causa del fallecimiento. Un goleador que ganó todo en esa Copa del Mundo, máximo anotador en la competencia y Balón de Oro de ese mismo año.

Fue el héroe de la Italia campeona del mundo en 1982, ésa que venció al Brasil de Zico, a la Argentina de Maradona, a la Polonia de Boniek y, en la final, a la Alemania de Rummenigge, publicó la Gazzetta dello Sport a modo de homenaje; era la Italia de Dino Zoff y de Bearzot. Y el principal protagonista fue Pablito.

Un Mundial con tantos nombres legendarios, en el que Brasil lucía un futbol preciosista con Zico, Falc ão y Sócrates; Italia creció y llegó a hasta la final que ganó a Alemania Federal por 3-1. Rossi fue quien abrió el marcador después de un primer tiempo sin movimiento. Después llegaron los tantos de sus compañeros.

Sobre el papel de aquella selección italiana escribió el uruguayo Eduardo Galeano en su memorable El futbol a sol y sombra: La selección italiana había empezado mal, a los tropezones, de empate en empate, pero repuntó después, gracias a su buena armazón de conjunto y a las oportunas ráfagas de Paolo Rossi.

Éste terminó la competencia con el trofeo de goleo con seis tantos, seguido del alemán Rummenigge, que marcó cinco. Un Mundial con tantas figuras –el francés Michel Platini era uno de los que más expectativas generaba; en esa competencia– Rossi emergió como una figura indiscutible. Fue elegido por el astro Pelé en la lista de FIFA 100 como uno de los mejores jugadores vivos en 2004.

El legendario goleador italiano tuvo paso recordado en el Vicenza, Perugia, Juventus, AC Milán y Verona. Su carrera, sin embargo, tuvo un episodio de escándalo, cuando el delantero fue suspendido por tres años en 1980 por su relación con encuentros amañados, pero fue convocado para el Mundial de España a raíz de una reducción de la sanción.