Después de nueve meses, se sigue aprendiendo
Miércoles 9 de diciembre de 2020, p. 7
En los casos de enfermedad leve por coronavirus, las personas sienten una opresión en el pecho. El dolor al respirar es parecido al producido por un esguince de tobillo. Conforme aumenta la inflamación se desarrolla una tos seca, como si la persona tuviera asma, explicó Tim Connolly, neumólogo del hospital Metodista de Houston, Estados Unidos.
Señaló que después de nueve meses de pandemia de Covid-19, médicos e investigadores aún están aprendiendo del virus SARS-CoV-2 y las secuelas que deja en el organismo, principalmente en pulmones, corazón, cerebro y sistemas vasculares. Es muy pronto para afirmar sobre los posibles efectos a largo plazo, indicó.
Lo que sí se ha confirmado es que quienes adquieren el virus, que se aloja en las vías respiratorias, lo pueden transmitir fácilmente al respirar, hablar o toser si están cerca de otras personas, sobre todo si desconocen que lo tienen.
Por eso la importancia de la sana distancia, entre 1.5 y 2 metros entre cada individuo, el distanciamiento social (quedarse en casa) y el uso de cubrebocas en espacios públicos.
El coronavirus ingresa al organismo por la nariz o la boca. De ahí se va al pecho y comienza a dañar el sistema respiratorio en diferentes niveles, de acuerdo con las condiciones de salud previas de cada persona. Algunas experimentan daños leves en las vías respiratorias y otras desarrollan afectaciones tan graves que ponen en peligro su vida, apuntó.
Connolly detalló que la gravedad de la infección se observa en la inflamación del tejido pulmonar, el cual se llena de líquido y restos de células muertas
. A esto se le conoce clínicamente como neumonía. Señaló que la acumulación de líquido interfiere con el intercambio de gases y, por tanto, la oxigenación del organismo.
El especialista se refirió a las situaciones que viven las personas que tienen algún padecimiento pulmonar prexistente como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
A causa de la menor reserva respiratoria que tienen, son un grupo de mayor vulnerabilidad frente a infecciones respiratorias.
Sin embargo, en la pandemia de Covid-19 se ha visto que la infección se dirige con mayor agresividad a quienes viven con hipertensión, obesidad y diabetes.
En México, las personas afectadas por coronavirus que viven con asma representan 2.5 por ciento del total, mientras uno por ciento tiene EPOC como comorbilidad prexistente.
En cambio, 18.6 por ciento de quienes han enfermado de Covid-19 tenían hipertensión arterial; 17 por ciento obesidad y 14.6 por ciento diabetes.