Ante las quejas del gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, por el manejo de presas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que ha provocado inundaciones en el estado, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que se busca una solución de fondo y destacó que se han entregado 37 mil 600 apoyos a damnificados y sólo quedan 400 pendientes.

En conferencia de prensa, mencionó que la primera ocasión en que se desfogó la presa Peñitas y causó inundaciones en la parte baja del estado pudo haber un error de cálculo; a lo mejor pudieron haber desfogado menos, pero cuando hicieron la proyección estaban viendo que venía otro huracán, que cambió de dirección y ya no afectó.

Subrayó que el problema de fondo son las restricciones para la operación de hidroeléctricas de la CFE, derivadas de la reforma energética, para privilegiar la generación de las plantas eólicas de la iniciativa privada. Sólo cuando había carencia turbinaban las hidroeléctricas de la CFE, precisó.

Reconoció que el mandatario morenista –con quien ayer tuvo teleconferencia– defiende la postura de los tabasqueños y resaltó que en años recientes se cometió el error, por la corrupción, de permitir construcciones de unidades habitacionales en vasos reguladores que se rellenaron en las zonas bajas. Entiendo al gobernador. Él está allá, con el agua a la cintura, y tiene que defender a los tabasqueños.

Señaló que ante el incremento de las lluvias la CFE desfogó la mitad del agua e indicó que Peñitas se turbina permanentemente para que no se llenen los embalses, mientras fuerzas armadas bombean agua para bajar las inundaciones. Reiteró que, como parte de un plan integral, habrá caudal ecológico, se desazolvarán ríos, se construirán bordos y se realizará mejoramiento urbano.