Opinión
Ver día anteriorMiércoles 4 de noviembre de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Música en modos diversos
1. D

el reciente, distante y desangelado Festival Internacional Cervantino, dos conciertos transmitidos. El primero, a cargo del magnífico ensamble vocal inglés Voces8. Un variado video-recital armado con fragmentos de algunas de sus actuaciones, y con un poco de plática introductoria a cada pieza. El repertorio, buena muestra de la amplitud de estilos y lenguajes que el grupo domina a todo lo largo y ancho del espectro: Orlando Gibbons, Arvo Pärt, Cole Porter, Irving Berlin, Thomas Weelkes, Orlando di Lasso, Kate Rusby y, lo mejor, una buena sección dedicada a Monteverdi. Aquí, los miembros de Voces8 trasladaron el sutil madrigalismo musical (word painting, le dicen allá) de la música a una especie de discreto madrigalismo del lenguaje corporal. De especial atractivo también, Moondance, de Van Morrison, y Sway, de Pablo Beltrán Ruiz, esta última sazonada con sabrosas onomatopeyas cuasi-instrumentales. Y en Ain’t that a Kick in the Head, de Jimmy Van Heusen, el grupo sonó auténticamente como una (perdonen el contradictorio retruécano) pequeña big band. En lo personal, considero la no-presencia viva de Voces8 como la gran pérdida en este Cervantino. Es un ensamble vocal de calidad realmente superior, cuyos videos (abundan en YouTube) recomiendo muy enfáticamente. Por cierto, hablando de video, mala política del FIC ensuciar la pantalla de sus eventos a distancia con toda clase de logotipos, fijos y móviles, que son un feo distractor.

En esa misma pantalla se presentó el Cuarteto Latinoamericano, convertido en trío por cuestiones logísticas, para interpretar dos Tríos del Op. 9 de Beethoven, música madura y robusta a pesar de lo temprano de su redacción. Si, claridad; sí, precisión; sí, lectura estilísticamente apropiada; sí, buen reparto y equilibrio de las voces instrumentales; pero… ¡cómo se extraña estar ahí con la materia viva de la música y los músicos!

2. Del Ensamble del Cepromusic, que dirige José Luis Castillo, otra video-propuesta inusual y arriesgada para su cuarto concierto de temporada. Estructura del concierto, la clásica tripartita A-B-A, donde A y A fueron sendas piezas sonoras para radios. La primera A, Radio Music de John Cage, en la que los radios son manipulados para cambiar la recepción y conformar un pasticcio sonoro demencial; pieza, si las hay, que refleja cabalmente varios de los principios del pensamiento sonoro de Cage. La segunda A, una obra de Peter Ablinger, titulada Weiss/Weisslich 7a, es aún más extrema. Los radios, sintonizados en ruido blanco, permanecen colgados en la pared, disciplinadamente alineados, quietecitos y sin pestañear. El resultado, un trocito de hipnosis que mueve a la reflexión, por razones diversas. Y en medio, la B fue Opera with Objects, de Alvin Lucier, que no es ópera, pero sí es con objetos. En este caso, varios pares de lápices que percuten uno sobre otro, y este otro se adosa a un objeto cualquiera que funciona como resonador. Auténtica música povera, de una austeridad extrema y rara melancolía.

3. Finalmente… ¡música en vivo, después de casi ocho meses! En el Auditorio Blas Galindo del Cenart se presenta, con dotación reducida y en medio de estrictas medidas sanitarias (tanto en el escenario como en la platea), la Orquesta de Cámara de Bellas Artes conducida por su titular, Ludwig Carrasco. Para empezar, una de las obras didáctico-académicas de Gustav Holst, la Suite Brook Green. Después, sendas obras de un arpista francés (Marcel Tournier) y una arpista galesa (Catrin Finch) sólidamente interpretadas por un buen arpista mexicano, Emmanuel Padilla. Buen contraste entre el impresionismo modernista de Tournier y el neoclasicismo celta de Finch. Para concluir, la percepción inesperada (y bienvenida) de que sí es posible encontrar detalles y enfoques nuevos en un caballito de batalla tan trotado como la Pequeña serenata nocturna de Mozart. Declaro: no he terminado de asimilar mi propia impresión de esta primera y bienvenida música viva después de la larga temporada de ayuno sonoro.

Dato: si las hordas desenfrenadas e incontinentes de adoradores de San Hipólito, San Judas y otros ídolos análogos no nos regresan al semáforo rojo, la OCBA se estará presentando en el BlasGa los jueves a las 19 horas. Sí, en vivo…