Cuernavaca, Mor., Campesinos y ejidatarios del oriente del estado protestaron ayer en las oficinas de la Asociación de Usuarios del Río Cuautla (Asurco) para exigir la destitución del presidente, Rogelio Plascencia Barreto. Aseguran que en vez de representarlos e impedir que el agua sea llevada a la termoeléctrica de Huexca, se ha dedicado a promover el Proyecto Integral Morelos (PIM).

Lo acusaron además de coaccionar a los ejidatarios para que se desistan de los amparos que han interpuesto y retiren el plantón que mantienen en las orillas del río Cuautla para evitar que sea concluido el acueducto que enfriará las turbinas de la planta, ubicada en Huexca.

Los manifestantes afirmaron que Plascencia ha buscado firmar un convenio con la Comisión Federal de Electricidad a cambio de que los ejidatarios se desistan de los recursos legales que han presentado.

Teresa Castellanos, habitante de Huexca, municipio de Yecapixtla, recordó que en una asamblea celebrada en junio pasado la mayoría de los campesinos puntualizaron a Plascencia Barreto que , sin importar quién gobierne el país, el estado o los municipios, están en contra de que les quiten el agua del río Cuautla y de la planta tratadora de aguas residuales.

Manifestaron que usan ese líquido para regar sus cultivos y alimentar a sus familias, además de que los 32 ejidos y 12 pequeñas propiedades aglutinadas en Asurco tienen la concesión del río Cuautla y sus afluentes por decreto presidencial desde 1926.

Aseveraron que después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró el pasado 10 de septiembre que en diciembre empezará a funcionar la termoeléctrica de Huexca, pues que ya se habrán resuelto todos los amparos contra el PIM, el presidente de Asurco ha promovido la obra.

Incluso ha pedido a algunos ejidatarios que se desistan de los amparos. No obstante, según el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, el Agua y el Aire de Morelos, Puebla y Tlaxcala, hay 20 recursos legales vigentes contra ese megaproyecto.

Castellanos pidió a López Obrador que se respeten los amparos contra la termoeléctrica y todo el PIM. Le recordó que al principio, cuando fue impuesta la planta generadora de energía a dicha comunidad indígena (en 2012), unas 500 personas firmaron y se manifestaron contra la termoeléctrica porque, sostuvieron, pone en riesgo la paz, la salud y la vida.