¿Quién soy para reclamar que hubo algo extraño con los guantes de mi rival?, pregunta Mariana Juárez, ex campeona mundial que perdió su cetro el sábado ante una joven implacable, Yuliahn Cobrita Luna, nueva monarca gallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Y La Barby Juárez, con los estragos amoratados e inflamados de aquel combate, responde: “Soy la que subió a pelear, quien sintió algo anormal en los golpes que me daba la rival, la que se pone en riesgo… nadie más”.

Mariana tiene más de 20 años en el boxeo. Fue la pionera de un deporte que prohibía la participación de las mujeres, incluso en la Ciudad de México la ley lo impedía. Ha superado obstáculos, perdió títulos y los recuperó. Pero al final de esa pelea en Cancún ante La Cobrita, lucía con el rostro deforme por los golpes de la joven duranguense.

Reclamó que había algo en los guantes y al terminar el combate aquello fue un caos. Entre las acusaciones de la peleadora y toda la gente que subió al cuadrilátero, manoseaban los guantes como para encontrar algo que no aparecía.

Ya me lo hicieron una vez con los guantes de Riyo Togo y salió a la luz, insiste La Barby sobre la derrota que sufrió ante la japonesa en la Arena México en 2013. En la revancha, la mexicana venció por decisión unánime.

Todos saben que no soy cobarde, aclara Mariana; “me gustan los trancazos, pero esos golpes eran como palos, incluso me lastima-ban cuando me pegaba en los brazos… no es algo normal”.

Mariana recuerda que su hermana Lulú es boxeadora y ahora su propia hija también empieza en este duro oficio. Por eso, advierte, no quisiera que ellas sufrieran algo como lo que vivió el sábado en Cancún.

A veces cuando denunciamos una injusticia nadie te cree. Te quedas sola ante la gente que no te da crédito, agrega; pero algo pasaba. Por eso pido la revancha. Quizás ni Yuilahn fue culpable de lo que sucedió.

La gente que se dedica al boxeo aduce que cuando sus facultades ya no respondan, aceptará de forma voluntaria el retiro. Aunque en la historia del pugilismo pocas veces ocurre y la jubilación casi siempre viene después de una terrible derrota. Si es el caso, La Barby dice que se irá con sus golpes encima.

Dicen que si vuelvo a pelear con Yuliahn me va a volver a dejar igual, comenta; pues entonces ahí sí doy las gracias al boxeo y me voy.

El CMB adelanta que hay un investigación en curso y que pronto se pronunciará al respecto. Mauricio Sulaimán, presidente del organismo, considera que aquella aglomeración confusa sobre el cuadrilátero tras la pelea no fue porque se le haya salido de las manos a las autoridades.

Yo no estaba ahí en la pelea, explica, pero lo que alcancé a ver es que las autoridades hicieron su trabajo. El movimiento de cámaras y la emoción de los narradores del combate le agregaron ese ambiente, pero los comisionados cumplieron con su deber.