El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) admitió ayer que con las enmiendas al Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) será más difícil cumplir en el corto plazo las reglas de origen, pactadas en días recientes, pero significan más negocio en un tiempo mediano.

Carlos Salazar Lomelín, presidente del organismo cúpula, manifestó que la economía mexicana comenzará 2020 con la buena noticia de que se cuenta un nuevo acuerdo comercial con los dos socios, lo cual causó incertidumbre pero ahora se disipará. Resaltó que quizás no se cuenta 100 por ciento con un acuerdo como se hubiera deseado, pero lo tenemos.

El líder señaló, en entrevista, que los cambios a la normatividad para definir el origen del acero que se utilice en el ensamblado de los automóviles en América del Norte será más difícil de cumplir, pero no cabe duda de que en el mediano plazo ofrece más negocio, pues se tendrán que instalar más siderúrgicas en el país.

Salazar Lomelín destacó que al sector privado no le preocupa la figura de agregado laboral que quedó asentada en el T-MEC, porque el que cumpla la ley no tiene de qué preocuparse.

Pese a ello, comentó, ya se ha propuesto a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social que México se adelante y que los inspectores que deban verificar que se está implementando bien la reforma laboral no sean de otro país, sino de la misma dependencia.

Los empresarios, apuntó, siempre han estado listos para cumplir la ley, pero exigió que las autoridades la apliquen.

Por su parte, Antonio del Valle Perochena, presidente del Consejo Mexicano de Negocios, opinó que el protocolo modificatorio del T-MEC es positivo, aunque se haya cedido un poco.

Ya tenemos el marco general claro y nos toca trabajar para aprovecharlo al máximo.

Comentó que si bien aún falta la ratificación por los dos socios comerciales de México, no existe duda de que se llevará a cabo.

Puede hacerse realidad a principios del siguiente año, añadió Del Valle.