Miércoles 17 de octubre de 2018, p. 37
La incidencia de carencia alimentaria es distinta en la población mexicana: si se trata de indígenas afecta a 30 por ciento, mientras entre el resto de los habitantes se ubica en 19 por ciento, señaló Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el contexto del Día Mundial de la Alimentación.
Los avances que se habían logrado en la lucha contra el hambre se revirtieron y actualmente el mundo está como hace una década, pues en 2017 alrededor de 820 millones de habitantes (en México fueron 24.6 millones) sufrieron hambre, sostuvo José Graziano da Silva, titular de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), en un mensaje grabado transmitido en el Centro de Información de la Organización de las Naciones Unidas de la Ciudad de México, en un acto para conmemorar este día.
Aseveró que esto se debe a los conflictos en los países y a los eventos extremos ocasionados por el cambio climático.
Añadió que al mismo tiempo que hay hambre, han crecido la obesidad y el sobrepeso.
Hernández Licona anunció que en los datos de medición de la pobreza que se presentarán el año próximo ya se incluirá como criterio el acceso de la población a una alimentación nutritiva y de calidad, pues actualmente sólo se mide la experiencia de haber sufrido hambre, pero no se considera el tipo de alimentación. Explicó que se medirá la inseguridad alimentaria moderada y severa, así como la variedad de alimentos y la frecuencia de consumo.
Consideró que para lograr el hambre cero se debería elevar el ingreso de los hogares y mejorar la oferta de alimentos nutritivos y de calidad, pues actualmente sólo 40 por ciento de las familias reportan dieta completa. Hay un reto en materia económica y social, ya que está la imposibilidad de un crecimiento sostenido de los ingresos de los hogares, (dado que) entre 1992 y 2016 el ingreso es prácticamente el mismo
.
En su participación, el subsecretario de Planeación de la Secretaría de Desarrollo Social, Francisco García Bejos, señaló que en la lucha contra el hambre no sólo los gobiernos se deben poner de acuerdo, sino que es necesario hacer un llamado a la sociedad para agotar los recursos y llegar al objetivo
.
Mencionó que hay instituciones que combaten el hambre con eficiencia, como Diconsa, que con la red de abasto popular vende la canasta básica 22 por ciento más barata que en cualquier otro lugar, y en 600 municipios el litro de leche se expende en un peso.
Miguel Ruiz Cabañas, subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores consideró que se debe buscar una hoja de ruta para acabar con el hambre, la pobreza extrema y cumplir con los 17 objetivos de desarrollo sostenible. Añadió que ya se aprobó por consenso la agenda 2030.
En su ponencia, el economista Gustavo Gordillo destacó que sin haberse eliminado la desnutrición infantil, dominan el escenario nacional el sobrepeso y la obesidad. La evidencia indica que la epidemia de obesidad tiene un origen relativamente reciente y los factores son sobre todo de tipo ambiental y social, pues se ha reducido el consumo de alimentos tradicionales, como frijol y maíz y se ha incrementado el de productos procesados.