Moscú.

Al reunirse con directivos de agencias noticiosas internacionales, como sucede ya por cuarto año consecutivo en el foro económico de San Petersburgo que se inauguró este jueves, el presidente Vladimir Putin insistió en que el Kremlin nada tiene que ver con la injerencia de hackers en los procesos electorales de cualquier país.

Al mismo tiempo, el presidente ruso está convencido de que ningún pirata informático puede, por más que se esfuerce, influir de modo decisivo en los resultados de la votación en otro país.

No nos dedicamos a eso, ni vamos a hacerlo nunca en ningún país de Europa, de Asia o de América; al contrario, tratamos de luchar contra eso dentro de Rusia, enfatizó Putin en respuesta a la supuesta intromisión rusa en las elecciones de Estados Unidos y en los próximos comicios de Alemania.

¿Qué sucede?, en opinión de Putin: “Los hackers pueden estar donde sea y surgir de donde sea, de cualquier país del mundo. Son gente libre como los artistas y, si están de buen humor, se levantan por la mañana y se ponen a pintar. Lo mismo sucede con los hackers. Se levantan hoy, leen que en alguna parte pasa algo en el mundo, y, si están de ánimo patriótico, comienzan a actuar tal como les parece correcto para combatir a los que hablan mal de Rusia”.

No excluye que, a título personal, haya piratas informáticos que quieran alterar el curso de los procesos electorales en cualquier lugar que se les antoje, pero eso –a su juicio y más aún si no se presentan pruebas concluyentes– no es suficiente para endosar la responsabilidad a todo un Estado, como ocurre con Rusia sin fundamento.

Hay elementos para pensar, según cree Putin, que pronto terminará la “ola de rusofobia”, como denomina cualquier crítica al rechazo que provoca la política que practica el Kremlin en el ámbito internacional.

Y en ese sentido, respecto de las sanciones contra Rusia, dijo: Confío en que no duren eternamente, aunque sea por el hecho de que son contraproducentes y afectan a todos. Claro que nos causan daño. Pero también a aquellos que las promueven.

Para Putin el auge de esa rusofobia se debe a que gracias a la lucha de Rusia por consolidar sus intereses emerge un mundo multipolar y eso no gusta a los monopolistas.

Por esa razón, conforme al mandatario ruso, tratan de contener a Rusia con restricciones de carácter económico y otros métodos reñidos con el derecho internacional, pero, tarde o temprano, se dan cuenta de que ello no da ningún resultado.

El jefe del Ejecutivo ruso reiteró que el incremento de su arsenal nuclear y otras medidas de carácter militar son sólo respuestas a acciones hostiles de Estados Unidos y los demás miembros de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), que continúan su expansión hacia el este, en la frontera misma de Rusia.