El consumo de empresas y familias, la actividad más dinámica de la economía en los dos años precedentes, registró desaceleración en los primeros meses de 2017, como consecuencia de la caída en el poder de compra de los salarios por el repunte de la inflación, aseguró este miércoles BBVA Bancomer.

Lo que está detrás de la desaceleración del consumo es que uno de los resultados de la mayor inflación es la caída de los salarios reales (descontado el efecto de la inflación), explicó Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer.

La inflación llegó el pasado mes a 5.8 por ciento, prácticamente el doble de la registrada en 2016, de acuerdo con la medición oficial.

La causa del repunte en el promedio general de precios está en el efecto de la depreciación del peso en el costo de bienes importados y el incremento en el precio de las gasolinas en enero pasado, explicó Serrano.

Lo que pensamos es que el repunte de la inflación y su efecto en los salarios reales es temporal, sostuvo Serrano en una conferencia de prensa en la que el grupo financiero presentó su informe Situación México. El salario real seguirá contrayéndose a lo largo del año, con la inflación todavía en ascenso y ello hará que disminuya el ritmo de crecimiento del consumo, explicó.

En los primeros meses del año, el incremento promedio de los salarios fue de 5 por ciento, tasa menor a la de la inflación, de 5.8 por ciento, lo que se tradujo en una pérdida neta de 0.8 puntos, de acuerdo con datos mostrado por el especialista en la conferencia de prensa.

La inflación superará 6 por ciento y comenzará a descender en septiembre, consideró Serrano. El próximo año se ubicará nuevamente dentro del rango objetivo del Banco de México, que es de 3 por ciento, con un intervalo de variación de un punto porcentual hacia arriba o abajo.