Trabajadores de la delegación Iztacalco realizaron un paro de labores e irrumpieron en la sede delegacional, donde rompieron los cristales de la entrada principal, para exigir audiencia con su titular, Carlos Estrada, ante la falta de pago de tiempos extras y guardias.

Los inconformes explicaron que desde hace dos meses las autoridades delegacionales dejaron de pagarles por estos conceptos, con el argumento de que tenían un problema administrativo, pero en el gobierno central les comunicaron que los recursos se siguen suministrando sin cambio alguno.

Detallaron que se han inflado áreas con personal de estructura que no labora en las oficinas, sino que realiza campaña política para atraer votos para el PRD, por lo que no descartaron que los recursos de sus tiempos extra y guardias sean utilizados para ese fin.

No es posible que las delegaciones de Morena, por poner un ejemplo, no tienen ningún rezago y aquí siempre salen con lo mismo: que no les alcanza el presupuesto. Ah, pero miren, qué tristeza cuando nos enteramos de que el área central designa el dinero y aquí los destinan al capítulo 4 mil para comprar tinacos y láminas para poder conseguir el voto de los ciudadanos. No se vale que jueguen con el dinero de los trabajadores, sentenció uno de los líderes.

Guadalupe García, empleada de base, explicó que se les había comunicado que el ajuste sólo sería en algunas secciones y en algunos niveles, pero el recorte de tres horas extra y una guardia fue generalizado, por lo que todo el personal de base decidió protestar.

Indicó que la semana pasada ya habían realizado un paro de labores y se había acordado que el lunes los líderes de los trabajadores serían recibidos por Carlos Estrada, pero la reunión se canceló porque les dijeron que el funcionario se encuentra de vacaciones.

Luego de forcejear para ingresar a la sede delegacional, los manifestantes se dirigieron a las oficinas del delegado, donde corroboraron que se encontraban vacías.

Aseguraron que este miércoles volverán a realizar un paro de labores y se apostarán desde las ocho de la mañana frente a la entrada principal, para evitar el ingreso de los empleados, hasta ser atendidos por el delegado.