La firma de un proyecto de prestación de servicio (PPS) a largo plazo permitirá a la Ciudad de México contar con 34 kilómetros de vía rápida en el Circuito Interior sin que la administración capitalina erogue en una sola exhibición 2 mil millones de pesos en su rehabilitación, mantenimiento y construcción de seis adecuaciones viales.

El director del consorcio Operadora y Mantenedora del Circuito Interior (OMCI), Alfonso Utrilla, explicó que la participación de la iniciativa privada no significa de ninguna manera privatizar esta vialidad, sino mejorar sus condiciones en beneficio no sólo de automovilistas, sino de vecinos.

Desde finales de 2013, la administración capitalina ha pagado mensualmente a Grupo Indi, Impulsora de Desarrollo Integral y Peninsular Grupo Hermes, que integran el consorcio, la cantidad fijada, la cual en este momento asciende a 10 millones de pesos, e incluye el costo de la obra e inflación.

Por medio de un fideicomiso maestro, avalado por la Asamblea Legislativa, afianzado por el banco HSBC y con una garantía de pago del Deutsche Bank, se logró que, independientemente de quien esté al frente del gobierno, se cubra este financiamiento, convirtiéndose el PPS en una alternativa viable para otros proyectos de gran envergadura, ante la falta de recursos públicos.

El acuerdo vence en 2025 e incluye el mantenimiento integral de los 42 kilómetros del Circuito Interior, pero sólo 34 serán vía rápida con la construcción de los puentes de Plutarco Elías Calles y Tezontle, la adecuación vial de Oriente 106, las laterales en su cruce con Tlalpan, la bajada de Puente de Molinos, donde se harán adecuaciones para desahogar su cruce, y el primer distribuidor vial subterráneo de Río Mixcoac, destacó.

Además, considera la atención de luminarias y rehabilitaciones que requiera ante el constante paso de vehículos, para lo cual se cuenta con 600 trabajadores, que laboran las 24 horas del día, aunque en algunas ocasiones reducen el ritmo a petición de los vecinos.

Para el tercer trimestre del año se contará con una vialidad sin semáforos hasta Juanacatlán, aunque faltará atender Viaducto, San Antonio y Benjamín Franklin, donde se podría pensar en segundos pisos, pero eso corresponderá decidir a las autoridades capitalinas en su momento, consideró.

Mencionó que la obra cuenta con la supervisión de Exorahum, del grupo Dirección y Desarrollo de Proyectos, seleccionado por la Secretaría de Obras y Servicios, a fin de garantizar el cumplimiento de la norma, la resolución de impacto ambiental y de protección civil.