Lunes 4 de julio de 2016, p. 9
En un giro tremendo en su trayectoria como director, Bruno Dumont incursiona en la comedia con un proyecto para televisión convertido en largometraje. El resultado ha sido una obra fresca e inesperada para los que ubican a este cineasta como creador de dramas habitados por personajes a menudo en angustia existencial. Después de presentarse en la 58 Muestra Internacional de Cine, El pequeño Quinquin (P’tit Quinquin, 2014), la reciente entrega del realizador originario de la comuna francesa Bailleul, se proyecta en la Cineteca Nacional. La cinta es un thriller policial con toques de comedia negra, completamente surrealista y difícil de clasificar. Describe una trama que en la medida que avanza se vuelve más negra, alcanzando el clímax en el último episodio.