Permitirá detectar rayos X
Sábado 2 de julio de 2016, p. 30
El acocil, crustáceo de tres a veinte centímetros de largo, tiene ojos con características de visión especiales, pues vive en condiciones de poca luz, y aunque no ve muy bien, la estructura de sus ojos puede servir de modelo para construir telescopios capaces de detectar rayos X en el espacio.
En la conferencia El ojo del acocil como modelo del teles-copio espacial
, Fidel Ramón Romero, del departamento de fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que a diferencia de los ojos de los crustáceos, incluidos los del acocil, que son del tipo compuesto y están formados por una córnea y numerosas estructuras alargadas llamadas omatidios, el ojo humano es simple y tiene una sola lente (cristalino), que enfoca la luz hacia la retina, donde se forma el nervio óptico.
El también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias explicó que los crustáceos como el acocil son los únicos que tienen ojos de superposición reflectante. Su ojo se basa en la reflexión –que es el cambio de dirección que experimenta la luz cuando se encuentra con un objeto y rebota– para juntar los rayos de luz y enfocarlos en las estructuras fotorreceptoras.
Esta propiedad, dijo Ramón Romero, se tendría que aprovechar para construir un telescopio de rayos X, ya que cuando éstos se encuentran
con un lente no cambian de dirección, es decir, no refractan, en cambio, sí se reflejan, y si un telescopio tuviera cuadrículas similares a las de los ojos del acocil, los rayos X se reflejarían, harían foco y formarían una imagen.
La idea de diseñar y construir un telescopio para detectar rayos X basado en el modelo del ojo del acocil nació en la Universidad de Arizona, en Tucson, Estados Unidos; posteriormente se elaboraron los modelos y se espera que en dos años pueda ser enviado al espacio, señaló.