Jueves 30 de junio de 2016, p. 5
Gracias, Ana Elena, estupendo trabajo de sensibilidad y conocimiento. Felicidades y agradecimiento para ti y todo el equipo.
Ha sido un verdadero encantamiento rencontrarme con estos objetos que hace ya casi 50 años escogimos para México Octavio y yo con tanto entusiasmo y que siempre pensábamos que se habían perdido... pero que bueno, era un Tlatelolco feliz antes del Tlatelolco trágico.
Me conmueve sobremanera la carta que escribe Octavio a Daniel Rubín de la Borbolla donde describe cada obra con detalle, todavía haciendo su labor de embajador, sin el mínimo presagio de lo que iba a ocurrir apenas unos días después.
Vibran ahora esos momentos en mi memoria. Son un viaje en el tiempo muy emocionante para mí: porque estos objetos son mucho más que objetos: son las huellas brillantes y los testigos vivientes de una época intensa que viví en la India con mi esposo Octavio Paz, mi llama doble
, mi amor.
Enhorabuena.