En un nuevo estilo de hacer diplomacia, la embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, participó ayer en la 38 Marcha del Orgullo gay que se realizó en el centro de la capital.

Manifestó su apoyo a la diversidad y rechazó las políticas de odio y discriminación. Nuestra nación se compromete con el principio de que todos debemos ser tratados de manera justa y con respeto, subrayó.

Destacó que este tema ha sido por mucho tiempo una piedra angular en la diplomacia estadunidense y reafirmó que la dignidad es inherente a toda persona, sin importar a quién ama o su identidad de género.

La diplomática llegó al Ángel de la Independencia, de donde partió la marcha, portando junto a trabajadores de la embajada una gran manta de respaldo a la diversidad.

Detrás del contingente estadunidense se ubicaron representantes de otras embajadas, entre ellos los titulares de la danesa, Henrik Bramsen Hahn, y de Noruega, Merethe Nergaad, así como trabajadores de las de Francia, Finlandia, Holanda, Canadá y Gran Bretaña.

En medio de miles de personas que se dieron cita en la glorieta del Ángel, y entre muestras de agradecimiento por su participación, la embajadora de Noruega ratificó su respeto por la diversidad, la justicia y la libertad de todos. Recordó que la concentración de ayer fue muy especial por los acontecimientos de Orlando, donde murieron 50 personas en un bar gay.

A su vez, el representante de Dinamarca resaltó la importancia de demostrar que las personas tienen los mismos derechos.

Los integrantes del bloque diplomático se sumaron a la marcha del orgullo gay luego de caminar desde la calle de Danubio, a un costado de la embajada estadunidense, donde se habían citado para caminar juntos rumbo a Reforma.

Llegaron antes de que se iniciará la movilización rumbo al Zócalo, de manera que hubo oportunidad para que muchos de los presentes se acercaran a la embajadora Jacobson, la saludaran y le pidieran fotografías junto a ellos.

No pocos se sorprendieron con su presencia, pues marca un estilo de hacer diplomacia que no se recuerda que sus antecesores hayan puesto en marcha.