Isla Mujeres, QR

Quintana Roo llegó al término de las campañas electorales en medio de un torbellino económico y político. En el primer punto, quien gane la gubernatura deberá enfrentar la mayor deuda del país (estatal per capita), que hasta el año pasado era de 22 mil 400 millones de pesos, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Un análisis de la Cámara de Diputados titulado Diagnóstico de la deuda pública de las entidades federativas advierte: ‘‘Quintana Roo es la entidad con mayor deuda respecto a sus participaciones federales; también tiene la mayor deuda per capita y ésta es una señal que se tiene que considerer para no poner en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas de la entidad”.

La deuda del estado –añade– equivale a más de 2.5 veces el valor de las participaciones federales en un ejercicio fiscal. Esta problemática fue abordada por los candidatos de oposición.

Carlos Joaquín González, quien renunció este año al PRI y ahora es abanderado de la alianza PAN-PRD, advirtió que no sólo se debe analizar la deuda, sino también los pagos pendientes a proveedores. Por ello, dijo en entrevista, se requiere de un nuevo esquema financiero y una ‘‘revisión’’ de los contratos firmados por el gobierno de Roberto Borge. Igualmente, aplicar un programa de austeridad. ‘‘Basta de lujos y frivolidades’’, agregó,

José Luis Pech, candidato a gobernador por Morena, señaló que Quintana Roo es gobernado por ‘‘cárteles’’ adueñados del poder y sólo atentos a sus intereses.

Mientras, la oposición (PAN-PRD) se unió para competir con otro ex priísta, Carlos Joaquín, lo cual provocó desbandadas en el tricolor, mezcolanza partidista en las postulaciones y una creciente competencia para el PRI, actualmente con el gobierno de los 11 municipios y con mayoría calificada en el Congreso.

El tricolor cerró campaña en Isla Mujeres y por la noche en Cancún. El acto fue breve y los discursos cortos, especialmente el del candidato a gobernador, Mauricio Góngora, a quien también postulan el Verde y el Panal.

Ambos, Joaquín y Góngora, se acusaron de ser ‘‘herederos’’. El primero estuvo acompañado por el dirigente nacional del PRD, Agustín Basave. Dijo a la gente que es necesario terminar con la historia de corrupción e impunidad, la falta de transparencia de recursos y con un heredero más de los ex gobernadores Félix González y Roberto Borge.

En tanto el priísta, arropado por el ex gobernador Joaquín Hendricks, reiteró que Quintana Roo no es herencia de una familia, en referencia implícita al padre (Nassim Joaquín) y hermano (Pedro Joaquín Coldwell) del ahora candidato opositor.

Mientras, Pech se reunió con maestros, a quienes dijo que de ganar modificará la ley de educación estatal y pugnará por revertir la reforma en esa materia.