El artista indo-británico inaugura hoy en el Muac su exposición Arqueología: biología
En Europa las personas dejan su patria y vemos la destrucción de grandes sitios en Medio Oriente, afirma
La obra en espacios públicos debe privilegiar relaciones simbólicas, responde a La Jornada
Entiendo que el edificio H tiene buen propósito, pero está en el lugar equivocado, expresa Anish Kapoor, quien se suma a la defensa del Espacio Escultórico de Ciudad UniversitariaFoto Yazmín Ortega Cortés
Sábado 28 de mayo de 2016, p. 2
Jovial y afable, el afamado y esperado escultor indo-británico Anish Kapoor (Munbai, 1954) dijo ayer, en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (Muac): “Vivimos un momento de un terrible conservadurismo cultural, especialmente en Europa, donde hay personas que dejan su patria, atraviesan el continente, donde vemos la destrucción de grandes sitios de Medio Oriente por Isis.
“Entonces –prosiguió–, pensé que era necesario consignarlo a través de una acción.”
Kapoor habló ante representantes de los medios de comunicación en el recinto donde hoy se abre al público su exposición de 22 obras, Arqueología: biología.
El problema del artista nada tiene que ver con lo que sabe ni con su educación. Desde mi perspectiva se adentra en algo más problemático, algo que tiene que hacer sin saber, en busca de las posibilidades del significado en ese tiempo de práctica en el estudio.
La muestra montada en el Muac, uno de los mejores espacios en el mundo para exhibir
, no es una retrospectiva –Kapoor nunca ha hecho una–, aunque abarca 35 años de producción.
Ninguna obra fue creada ex profeso, sin embargo hay trabajos inéditos de 2016, como Tongue Memory (Memoria de la lengua), hecha con silicón y pigmento, materiales exóticos
que lo atraen.
Por ejemplo, la enorme pieza circular Mi patria roja (2003), elaborada en cera roja y acero, remite a la cercana obra de land art, el Espacio Escultórico de Ciudad Universitaria, a cuya defensa Kapoor se ha sumado.
Edificio mal considerado
Entrevistado al término de la rueda de prensa, por un reducido grupo de medios, Anish Kapoor recordó que su percepción tiene que ver con el horizonte, hoy alterado por la construcción del edificio H
, que está mal considerado
.
Continuó: “Entiendo que es un edificio universitario, que tiene buen propósito, pero está en el lugar equivocado.
Es fácil para nosotros en términos culturales reconocer objetos viejos, decir: claro, esa es una maravillosa cosa vieja. Pero esta es una cosa relativamente nueva, habla de nuestra cultura moderna y necesitamos tenerle confianza y darle el espacio que necesita.
Para Kapoor los objetos públicos importan, sean jardines o plazas, porque son los únicos momentos colectivos y sociales que quedan en nuestro contexto metropolitano
.
Inquirido por La Jornada respecto de la responsabilidad del artista, aseguró que ésta consiste en producir buena obra. No se puede predecir cómo será recibida una obra. Muchas obras buenas no son bien recibidas, mientras muchas malas, sí. Existe una responsabilidad de asumir lo que significa trabajar en los espacios públicos. No se trata nada más de colocar una obra en el exterior; eso a quién le importa. Hay muchas relaciones simbólicas
.
Contó la historia de lo sucedido recientemente en Francia con su obra Dirty corner, emplazada en el prado principal de Versalles. Era controvertida
desde su título, pero pequeña
, hasta que unos periodistas escribieron un artículo en el que la llamaron la vagina de la reina
.
“En el momento que se le nombra como objeto sexual –no lo es–, además femenino, hubo necesidad de cubrirla con odio”, señaló.
Para Kapoor una parte del lenguaje escultórico es la escala, nada que ver con el tamaño. Si diera una ecuación, diría tamaño+significado=escala. La escala es una cualidad misteriosa y poética
.