El gobierno federal prepara una estrategia de políticas públicas con todos los escenarios posibles para hacer frente a cualquier resultado que arroje la elección presidencial de Estados Unidos, incluida la posibilidad de que Donald Trump, virtual candidato del Partido Republicano, se convierta en el primer mandatario del vecino país, aseveró el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, entrevistado luego clausurar la Semana de Economía en el Club de Industriales.

Si bien puntualizó que corresponde a los ciudadanos estadunidenses decidir por quién votar, el funcionario manifestó: esperemos que la sabiduría los ilumine y tomen la decisión en el mejor interés, no del mundo, sino de Estados Unidos. Al resto de los países, dijo, lo único que les corresponde es estar preparados con acciones estratégicas para enfrentar cualquier resultado de la elección, que no depende de lo que queramos o no en México... Nuestra responsabilidad es estar preparados para todos los escenarios, y en el momento en que ocurran accionar las estrategias de políticas públicas.

Horas antes, al participar en un foro de la Cámara de Comercio de Canadá, Guajardo ponderó ante el embajador canadienses, Pierre Alarie, y empresarios de ese país, la importancia comercial y de seguridad estratégica que México y Canadá tienen para Estados Unidos.

Hoy, tanto Canadá como México, como el mundo, viven momentos de incertidumbre esperando una definición que tomen los electores en Estados Unidos, pero cualquier cosa que ahí pase va a pedir de nosotros un gran compromiso, porque juntos tenemos que seguir persistiendo en que la única manera de que América del Norte sea competitiva será seguir trabajando juntos en el contexto de los compromisos comerciales y de integración productiva, indicó.

Las dos naciones, enfatizó, son los socios económicos más rentables e importantes en la construcción de productos hechos en América del Norte para competir en otras regiones... También representan la seguridad continental, que es necesaria para diferenciar la seguridad nacional de América del Norte de lo que está pasando en otras latitudes del mundo. Así que, según el secretario, ya sea por beneficios o por fortalecer la región con una estrategia de seguridad, no habría medida más alejada de lo eficiente y correcto que pensar en separarla.

El secretario se reservó dar detalles sobre la estrategia que prepara México en caso de que Donald Trump se convierta en el próximo presidente de Estados Unidos, al argumentar que cuando un gobierno prepara políticas públicas para eventuales definiciones que son probabilísticas, no es conveniente empezarlas a difundir porque ¿qué tal que no tenemos necesidad de utilizarlas? ¿Por qué voy a adelantar mis estrategias en política comercial, por ejemplo? Yo tengo que hacerlas, prepararme para responder, pero tenerlas como una batería alternativa. Sería muy irresponsable si digo si gana tal o cual candidato el gobierno de la República vas a ir a tal o cual cosa. Es irresponsable porque sólo se acciona frente realidades.

Aun así, insistió que la eventual llegada de Trump a la presidencia estadunidense “no es un problema de México, sino del mundo. La tendencia global de un electorado tan importante como el norteamericano tiene efectos que no sólo implican a México sino al mundo entero y, en ese sentido, todos los escenarios deben tener un grado de preocupación, dependiendo de sus consecuencias, pero hay que ocuparse más que preocuparse”.