Si queremos una sociedad justa hay que reflexionar y replantear la cuestión del trabajo, crear un modelo que se lleve a la acción; este es un reto intelectual que la modernidad ha postergado, dijo el poeta Miguel Maldonado tras recibir el Premio de Poesía Joaquín Xirau Icaza por su poemario El libro de los oficios tristes (Ediciones Monte Carmelo).

La ceremonia se realizó en el auditorio Alfonso Reyes de El Colegio de México (Colmex), a la que asistieron el filósofo Ramón Xirau y su esposa Ana María Icaza, creadores del galardón que honra la memoria de su hijo Joaquín, nacido en 1950 y fallecido en Boston en 1976.

El premio se entrega, en diferentes momentos, a la poesía y a la economía, ramas de trabajo de Joaquín Xirau.

Al finalizar la premiación doña Ana María expresó: Espero que no nos olvidemos de Joaquín. Para eso es el premio, para que nos acordemos de Joaquín Xirau Icaza.

Acto de generosidad

A la entrega acudieron los escritores Adolfo Castañón y Juan Villoro, quienes integraron el jurado, además de Rafael Tovar y de Teresa, titular de la Secretaría de Cultura federal, el presidente de la Fundación para las Letras Mexicanas, Miguel Limón, y el secretario general del Colmex, Gustavo Vega.

El premio, dijo Rafael Tovar, se entrega en un acto de generosidad y amor filial de mantener viva la presencia de Joaquín Xirau Icaza, qué mejor modo que lo hayan podido lograr que dotando de apoyo a jóvenes poetas, a jóvenes economistas y que esto signifique un detonador de su talento.

Castañón, en su discurso, indicó que la aparente austeridad del fraseo que utiliza Maldonado en sus poemas contrasta con su imaginación. Atrás de cada uno de los poemas que articulan este hermoso e impecable libro, se despliegan una idea de la ciudad y el trabajo, desde luego del arte y de los oficios a veces tristes a veces risueños que acompañan como una sombra a la condición humana.

Para Juan Villoro ese libro se ocupa de los seres sin registro de causantes que hace que la vida siga gracias al imaginativo empeño y al tornillo necesario. Rara vez los vemos, se desvanecen como sombras en la ciudad y sus tumultos. Miguel Maldonado los ha reunido para contar su historia y demostrar que el esfuerzo es una forma del alumbre y la poesía su venturoso incendio.

Maldonado, quien además preside el Consejo de Ciencia y Tecnología de Puebla, señaló que el tema del libro es la división del trabajo y recordó que Platón dijo en el siglo V aC que la justicia radicaba en que cada quien haga lo que debe hacer. “Aunque a la sazón no existían los derechos universales del hombre, fue gran avance que el trabajo formara parte constituyente de la justicia. Gracias a lo que expresó Platón hace 2 mil 500 años hoy podemos decir que una sociedad justa lo es en cuanto los hombres realizan trabajos justos y quizá no sólo eso: deben hacer trabajos justos y que esos trabajos los realicen.

“Este retruécano expresa que no sólo la buena paga y los derechos laborales importan, es igual de relevante que ese trabajo redunde en la plenitud y la armonía de la persona, pero me temo que estamos muy lejos de que así sea. La modernidad y la autonombrada posmodernidad han multiplicado lo trabajos mal pagados y enajenantes, han construido una falsa valoración de los trabajos donde unos son mejores de otros según el título o según la extensión de las palabras del puesto.

No se ha construido una sociedad solidaria y colaborativa, añadió; por el contrario, vivimos en “una sociedad que discrimina a la personas por su trabajo, las menosprecia al encargarles el trabajo sucio. De sucio, claro, nada tiene, lo realmente sucio es que los estados nación traten a las clases desheredadas y los migrantes con parámetros de segregación, explotación y discriminación.