Al referirse al matrimonio igualitario, el presidente Enrique Peña Nieto está reconociendo a un sector de la población muy importante que desde hace décadas exige respeto e igualdad en materia de derechos humanos, coincidieron organizaciones de la sociedad civil.

Alonso Hernández, del colectivo Archivos y Memorias de las Poblaciones LGBTTTI (lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual), calificó de acertadas las declaraciones del Ejecutivo en la materia, pero dijo que las garantías fundamentales de este sector no sólo se limitan en reconocer el tema tabú o de identidad de género, sino considerar que aún falta mucho por hacer en materia laboral, de seguridad social e inclusión de las personas de la diversidad sexual con discapacidad o que viven en situación de calle.

El discurso que trae el Presidente es el que venimos exigiendo como comunidad a los jefes de Estado desde hace más de 40 años. Ahora que vaya más allá de sus declaraciones y exprese una postura firme a la oposición de la Iglesia católica, que recrudeció su discurso homofóbico. Si bien sus reformas llegan en un momento oportuno, el anuncio del Ejecutivo se tuvo que haber hecho desde que la Suprema Corte de Justicia de la Nación consolidó su posición en favor de los matrimonios gay.

Silvia Solís, de Equidad, coincidió en que ahora que el gobierno federal ya tomó esta bandera, defienda la laicidad, pues el fin de semana tanto el Cardenal Norberto Rivera como otros obispos descalificaron el paquete de medidas contra la discriminación por motivos de preferencia sexual.