Opinión
Ver día anteriorMartes 17 de mayo de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

La pugna vecinos-constructoras

Cetram Chapultepec, nuevo campo

Y la consulta, ¿cuándo?

E

l asunto no es nada fácil. Se trata del segundo round entre las empresas constructoras y los vecinos de las colonias circundantes al Bosque de Chapultepec.

Después del fracaso aquél de la construcción de un parque lineal sobre la avenida Chapultepec, ahora un grupo de empresas tratará de construir un Centro de Transferencia Modal (Cetram), es decir, un lugar donde llegan y salen vehículos para diferentes partes de la ciudad o, para que se entienda mejor, un distribuidor de líneas de micros y autobuses, que hoy en día son un verdadero cochinero.

Eso, el cochinero y la peligrosidad del lugar son imposibles de negar, como tampoco es posible pasar por alto el gran negocio que preparan las constructoras, que con tal de ganar más dinero depredarán cualquier vestigio histórico que pudiera existir en el entorno de ese distribuidor, y desde luego, como ya se intentó en lo que pretendió ser un parque lineal, la gentrificación, lo que supone el desplazamiento de los vecinos con menos recursos económicos por una población de mayor poder adquisitivo.

El gobierno de Miguel Ángel Mancera apoya el proyecto, pero en ese asunto los vecinos llevan ya un par de goles en contra de la administración, porque ya se organizaron para impedir la injusticia; pero en el gobierno las cosas van mal, muy mal, y cuando pretendan reaccionar no van a poder mover ni una patita.

Hace menos de una semana se reunieron casi todos los responsables de la comunicación del gobierno de la ciudad para estudiar el fenómeno, y además estaba una representación del despacho que asesora al jefe de Gobierno en muchas de las decisiones que se van tomando en la ciudad. Despacho que, por otra parte, tiene un ADN salinista imborrable.

En fin, la cosa es que la reunión se tornó un asunto complicado porque la información que cada uno de los actores tenía era totalmente confusa. El representante de la Secretaría de Gobierno no sabía, nos platican, cuántas torres se pretende erigir donde hoy está el paradero, y de ahí para adelante la confusión fue patética. Unos decían que no se harían dos torres, mientras otros aseguraban que los planes habían cambiado y que se construirá sólo una torre.

La reunión se convocó con el fin de definir una estrategia de comunicación que fuera más efectiva que la que se hizo para el fallido parque lineal, pero después de varios minutos de intercambio de confusiones, no se pudo llegar a ningún acuerdo. Además, el asunto resulta casi una misión imposible porque hay quien asegura que no existe nadie que pueda precisar cómo va a ser el proyecto en realidad. Las empresas simplemente no ayudan.

Por su parte, las dependencias involucradas en la modernización del Cetram ya han logrado un acuerdo, aunque usted no lo crea. Se trata, también, de un asunto de comunicación. El acuerdo es que sólo habrá un vocero que dará la cara por las cuestiones que al gobierno competen. Esto, para que no existan contradicciones entre lo que declaran unos y otros. Lo malo es que aún no se ponen de acuerdo en quién se encargará de tal tarea, aunque sí están de acuerdo en que la secretaria de Gobierno, por inoperante, no debe echarse ese trompo a la uña. Aunque todo puede suceder.

Total, como van las cosas, a lo mejor el proyecto se viene a abajo. Alguien le debe decir a los empresarios y a los asesores del gobierno que lo primero que se debe hacer es consultar a la gente. Tal vez ese sea el problema de fondo.

De pasadita

A qué le teme Chertorivski, el de la Secretaría de Desarrollo Económico, que por donde anda ya alucinan a la camioneta llena de guaruras que siempre va detrás de la suya, también repleta de guardaespaldas. Con tanto miedo a la gente, ¿cómo es que quiere ser jefe de Gobierno?, preguntó un desorientado, y le respondieron de inmediato: No se trata de gobernar, sino de hacer negocio. ¡Ah, ’ta güeno!