Washington.

Con el enfoque en atender la amplia gama de temas en la relación bilateral con una estrategia multifacética y multidimensional para reposicionar la imagen de México en Estados Unidos, Carlos Sada Solana asumió su nuevo puesto de embajador mexicano ante Estados Unidos el jueves de esta semana.

Sada subrayó que México es el socio estratégico más importante de Estados Unidos en el mundo, y que esto se tiene que resaltar en todas sus dimensiones dentro de este país, algo que forma parte de un relanzamiento de la estrategia de política exterior hacia el vecino del norte.

A la vez, afirmó, se continúa con la prioritaria tarea de defender los derechos e intereses de los connacionales en este país, sobre todo en la área de protección consular realizada cotidianamente por la red de 49 consulados mexicanos que, según el embajador, no tiene par en ninguna otra parte del mundo.

El embajador Sada sabe de eso de manera directa, ya que asume este cargo después de gestiones en varios consulados mexicanos en Estados Unidos –Los Ángeles, Nueva York, Chicago y San Antonio, por ejemplo–, así como el de Toronto, Canadá, a lo largo de los últimos 25 años.

En su primera reunión como embajador con periodistas de medios mexicanos ayer viernes, justo 24 horas después de haber asumido su cargo, a Sada se le preguntó sobre las estrategias del gobierno en esta coyuntura electoral, sobre todo por el ambiente antimigrante y anti-México detonado por el virtual candidato republicano, Donald Trump, y otros políticos de ese partido.

Comentó que se está respondiendo en varios niveles, desde el apoyo de iniciativas de acelerar las medidas para la protección de connacionales en este país, desde documentos básicos de identidad –incluyendo la reforma reciente que permite otorgar actas de nacimiento a través de los consulados–, así como al trabajo conjunto con organizaciones comunitarias y entidades gubernamentales para regularizar y hasta ciudadanizar mexicanos para protegerlos ante la deportación.

Agregó que la embajada tiene la obligación de buscar acercamientos con ambos candidatos presidenciales una vez que éstos sean oficiales después de ser ratificados en las convenciones (a las que asistirá el diplomático).

Además, señaló, se tiene la obligación de ir reaccionando ante los planteamientos que hagan ya de manera oficial ambos candidatos –eso es parte de la nueva estrategia que ya estamos poniendo en marcha, así como ir evaluando todos los posibles escenarios para actuar, sobre todo para proteger a los mexicanos en este país.

Añadió que se contemplan tanto medidas de coyuntura como de largo plazo para buscar cambiar esa dinámica en que es común que “cada cuatro años los mexicanos seamos el blanco perfecto, el villano de la película…” en el debate político electoral estadunidense. “Es tema de reflexión… de cómo es que no reaccionamos: somos 35 millones de mexicanos y mexicano-estadunidenses que estamos generando riqueza en este país, que estamos aportando cultura, beneficios… Ahí tenemos un reto todos los mexicanos.”

En torno a la imagen de Mexico en Estados Unidos dañada por los niveles de violencia y las violaciones de derechos humanos –sobre todo el caso, y el manejo oficial, de los 43 normalistas desaparecidos–, Sada insistió en que la relación complejísima no se debe reducir una relación a un solo tema: No nos vamos a centrar sólo en derechos humanos, ni desatender ningún aspecto de esto. Subrayó que México está abierto al escrutinio internacional sobre este tema y recordó que el gobierno de Enrique Peña Nieto invitó al grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, entre otros, y que está evaluando sus ­recomendaciones.

Indicó que se tiene que resaltar de manera más pública la intensa y cada vez más amplia relación económica entre ambos países, sobre todo dando a entender los beneficios de la cooperación económica.